¿Cómo se puede detectar un cáncer colon?

El cáncer de colon es uno de los pocos cánceres que se pueden diagnosticar precozmente, es decir, antes de que la persona note algún síntoma. Con un diagnóstico precoz se consiguen mayores tasas de curación y cirugías menos agresivas. Además, con una sencilla prueba, como es el test de sangre oculta en heces (TSOH)es posible detectar lesiones premalignas o pólipos que en un futuro pudieran malignizarse.

Detección de cáncer colorrectal en pacientes que presentan síntomas

Cuando existen síntomas que pueden hacer sospechar de la existencia de una lesión en el colon, el médico pedirá una serie de pruebas para determinar el diagnóstico. Previamente a la realización de las pruebas, elaborará una historia clínica y efectuará una exploración física para valorar el estado general de la persona.

Las pruebas más utilizadas en el proceso diagnóstico del cáncer de colon y recto son:

Test de sangre oculta en heces (TSOH)

Es una de las pruebas más utilizadas y, como su nombre indica, detecta si existe o no sangre en las heces. 

Es una prueba no invasiva y, por lo tanto, nada molesta, que trata de determinar la presencia de sangre no visible en las heces, ya que esto es signo de sospecha de la existencia de una lesión en el colon que podría ser tumoral.

Los tests actuales (inmunoquímicos) no precisan de una dieta especial previa y es suficiente con recoger una sola muestra. Sin embargo, algunos medicamentos pueden interferir en los resultados, por lo que es conveniente consultar con el médico antes de realizar la prueba.

El TSOH se realiza sobre una muestra que la persona recoge en casa con un kit diseñado para ello, que suele incluir un recipiente, una pequeña espátula, unos guantes y un sobre para guardar la muestra. En algunos casos puede también incluir un papel para depositar las heces.

¿Cómo debe usarse el kit?

Para realizar la prueba correctamente hay que seguir las instrucciones que figuran en cada kit. No debe realizarse si hay un sangrado activo (por ejemplo, si se está con la menstruación o si existe presencia de hemorroides), en cuyo caso debe consultar con su médico.

De forma general, estas son las indicaciones para la recogida de la muestra:         

  • Colocar un papel en el inodoro.
  • Extraer el bastoncillo o la espátula del tubo.
  • Poner en contacto el bastoncillo con las heces describiendo movimientos verticales y horizontales sobre las mismas para que se impregne (no es necesaria una gran cantidad).
  • Colocar el bastoncillo o espátula dentro del tubo, cerrar bien y agitar.
  • Guardar el tubo en la bolsa de envío. Identificar bien la muestra con los datos personales en el tubo y en el sobre.
  • Llevar cuanto antes la muestra. Si no puede ser de inmediato, se puede guardar en la nevera sin congelar (máximo 3 días).
     

Interpretación de los resultados del Test de sangre oculta en heces:

El TSOH no sirve para diagnosticar un cáncer, sino que pone de manifiesto la existencia de sangre en las heces. La sangre en las heces puede ser debida a patologías benignas (hemorroides, pólipos), premalignas (cierto tipo de pólipos, displasias) o malignas (cáncer). Por tanto, el positivo en TSOH es un indicio que hace necesario realizar otras pruebas diagnósticas. Así, si el resultado de la prueba es positivo se completa el estudio con una colonoscopia para visualizar el origen del sangrado.

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Colonoscopia

La colonoscopia es una prueba con la que se puede observar la mucosa de todo el colon y el recto a través de un tubo largo y flexible (endoscopio) que se introduce por el ano y, que en su extremo posee una luz y una cámara que permite visualizar en un monitor de televisión cualquier patología existente. Además, posee una pinza en su extremo interno con la que se pueden tomar biopsias. 

Para su realización es necesario que la persona siga una dieta especial (de pocos residuos) durante dos o tres días, y que el día antes de la prueba emplee laxantes con el fin de que tanto el colon como el recto estén limpios, ya que los restos de heces dificultan la visualización. 

En la actualidad, la colonoscopia se realiza en un hospital bajo sedación (no es anestesia general; por lo que el paciente no está dormido, se siente relajado y no percibe dolor), evitando así las molestias producidas por la distensión del tubo digestivo al introducir el endoscopio en su interior.

Si el médico observa una lesión sospechosa, procederá a extraer una pequeña muestra (biopsia) que deberá ser estudiada por un anatomopatólogo (médico especialista en el estudio de los tejidos al microscopio) para poder emitir un diagnóstico confirmando o descartando la existencia de un cáncer. De esta forma, la colonoscopia constituye un método que permite confirmar la existencia de un cáncer colorrectal.

Estudios de extensión de la enfermedad

Una vez que se ha diagnosticado el cáncer de colon o de recto, se deben realizar otras pruebas que permitan conocer si la enfermedad se ha diseminado a otros órganos, o si sólo afecta a esa porción del tubo digestivo. Este estudio permite planificar correctamente la secuencia de tratamientos que aseguren el control adecuado del tumor con la mejor calidad de vida posible. Las pruebas que suelen realizarse son:

a) Tomografía Axial Computerizada (TAC)

Prueba de diagnóstico que utiliza los rayos X para obtener las imágenes del interior del cuerpo, permitiendo la visualización de distintas partes del organismo. Una sustancia llamada contraste se usa para definir mejor las imágenes; se administra por vía intravenosa y, en ocasiones, se bebe mezclado con un líquido. 

b) Tomografía de emisión de positrones (PET-TAC)

Es una prueba de Medicina Nuclear, que consiste en inyectar un líquido marcado con una sustancia específica radioactiva marcada con glucosa (azúcar) para medir actividad metabólica. Las células del cáncer tienen más actividad y brillan más en las imágenes. Da información de todo el cuerpo.

c) Ecografía

La ecografía es una prueba indolora, de fácil realización. Se basa en emitir ondas sonoras (ultrasonidos), que rebotan al chocar con las diferentes estructuras a las que llegan y, a través de un ordenador, forman una imagen que se visualiza en una pantalla. Se pueden hacer ecografías abdominales (fundamentalmente para valorar el estado del hígado) endorrectales (se usa cuando las lesiones están a nivel del recto, introduciendo una sonda a través del ano y permitiendo visualizar el tamaño, la afectación en profundidad y la posible extensión del tumor a otros órganos próximos) o intraoperatorias durante la intervención quirúrgica para detectar metástasis hepáticas.

d) Marcadores tumorales.

Medición del nivel de ciertas proteínas en la sangre. El antígeno carcinoembrionario (CEA) y el Ca 19.9 son los más utilizados. Son análisis orientativos, pero no diagnósticos, al ser muy inespecíficos. Puede existir un cáncer con unos marcadores normales o, por el contrario, una elevación de marcadores tumorales por causas benignas. Así, sólo son útiles una vez que el paciente está diagnosticado de cáncer, para el seguimiento de la enfermedad en los casos en los que el oncólogo así lo indique.

e) Laparoscopia

Es una técnica que consiste en introducir un endoscopio en la cavidad abdominal, para comprobar si el tumor se ha extendido más allá del colon en el peritoneo.

f) Radiografía abdominal

Es fácil de realizar y puede aportar información cuando hay sospecha de obstrucción intestinal. Se suele completar en la mayoría de los casos por un escáner (TAC) abdominal.

g) Enema opaco

Consiste en la administración de un contraste de bario por el ano. Este contraste “dibuja” el interior del colon y recto y permite visualizar estas estructuras.

h) Resonancia magnética

Utiliza el campo magnético y las ondas de radio para crear las imágenes. No se suele utilizar en el estudio del cáncer de colon pero sí es una prueba esencial en el estadiaje del cáncer de recto para conocer el tamaño del tumor y la afectación de los ganglios locales. También se utiliza para estudiar en mayor profundidad alguna región anatómica si en la TAC hay dudas. 

La información sobre pruebas diagnósticas es orientativa, de forma que el oncólogo decidirá qué pruebas necesita realizar en función de la situación clínica.

Detección de cáncer colorrectal en pacientes sin síntomas (cribado/diagnóstico precoz)

El cáncer de colon es uno de los pocos cánceres que se pueden diagnosticar precozmente mediante los programas de cribado; es decir, antes de que la persona note algún síntoma. Con un diagnóstico precoz se consiguen mayores tasas de curación y cirugías menos agresivas. Además, es posible detectar lesiones premalignas o pólipos que en un futuro pudieran malignizarse.

Programa de cribado de cáncer colorrectal

En los programas de cribado se realiza el TSOH de manera bienal (cada 2 años) en personas con edades comprendidas entre los 50 y 69 años (población de riesgo medio), dada la incidencia de cáncer colorrectal en estas franjas de edad. Si la prueba del TSOH es positiva deber realizarse una colonoscopia.

El objetivo del cribado es la detección y extirpación de pólipos para prevenir el desarrollo de tumores malignos, así como su detección en estadios precoces. De este modo, no solo se puede diagnosticar el cáncer de manera precoz y tratarlo en sus estadios iniciales, donde la supervivencia es mucho más elevada, sino que incluso se puede evitar la aparición misma de la enfermedad. La evidencia científica ha demostrado que la detección precoz, a través de programas de cribado, disminuye la mortalidad a corto plazo entre un 30% y un 35%, lo que equivaldría en España a salvar unas 4.000 vidas cada año. Además, se ha demostrado un incremento de la supervivencia a 5 años del 23,4% en las personas participantes de los programas de cribado.

Se han llevado a cabo importantes avances para la implantación de esta prueba de screening en España y, actualmente está incluida en la cartera básica de servicios, lo cual asegura el acceso de la población a esta medida de prevención.

Por otro lado, se considera población de alto riesgo aquellos casos familiares, síndromes hereditarios y otras condiciones predisponentes descritas anteriormente. En estos casos se recomienda realizar el cribado con colonoscopia y con la frecuencia recomendada por las guías oficiales. 

Si usted tiene alguna de ellas, consulte con su médico para su caso en concreto.

 

Este contenido ha sido revisado en marzo de 2023 por Blanca Isabel Morón García: Facultativo Especialista en Oncología Médica. Unidad de Tumores Digestivos. Hospital General Universitario Gregorio Marañón.