Esta fase se identifica en el enfermo porque aparecen síntomas y alteraciones de deterioro intenso:
- Debilidad extrema, que impide a la persona moverse, hablar y/o alimentarse.
- Enorme dificultad para relacionarse: desinterés por hablar, por ver o estar con la familia o allegados, por participar en actividades cotidianas de su entorno.
- Aparición de trastornos cognitivos: crisis de angustia, agitación psicomotriz, irritabilidad, ansiedad e incluso presentación de delirios con alucinaciones.
- Disminución progresiva del nivel de conciencia y alerta, confusión, e incluso coma.
- Intensificación de síntomas previos (que no es posible controlar): dolor, disnea o falta de aire…
Para dar la mejor atención en la agonía es necesario un diagnóstico adecuado de la situación del enfermo, informar y comunicar la situación a los cuidadores y familiares, así como planificar los cuidados precisos para estos momentos. El objetivo es conseguir una muerte digna y con suficiente grado de confort físico, emocional y espiritual de la persona, sin olvidar que los familiares y cuidadores también necesitan apoyo, y en esta situación es esencial la comunicación entre la familia y el personal sanitario.
Hay que informar y planificar los cuidados básicos (higiénicos) y las terapias adecuadas para conseguir la mejor atención posible:
- Suprimir todo lo que no sea estrictamente necesario (pruebas diagnósticas, tratamientos).
- Proporcionar los cuidados y atención al paciente en un ambiente tranquilo, respetando la intimidad y facilitando la proximidad de familiares y amigos, en hospital o domicilio.
- Tratar cualquier síntoma que produzca sufrimiento. En caso de síntomas refractarios (*), está indicado realizar sedación en la agonía.
- Proporcionar apoyo psicológico, social, religioso y/o espiritual al paciente y sus familiares.
- Facilitar la información y recursos necesarios al cuidador principal para afrontar los problemas que puedan surgir, sobre todo si cuida a su ser querido en su domicilio.
(*) Son los síntomas que no se pueden controlar con los tratamientos habituales.
Revisado por el Dr. Álvaro Gándara del Castillo, Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL)