Enmarcada en la semana dedicada a la Salud en la Universidad Pontificia de Comillas, el Dr. Santiago Méndez y el psicólogo Pedro Aguilar del departamento de Prevención y Promoción de la Salud de la junta de Madrid, han dedicado una jornada a la medición del Monóxido de Carbono (CO) a alumnos, profesores y personal de la Universidad, dando el consejo mínimo a los fumadores y felicitando a los no fumadores y en especial a los que habían dejado el consumo del tabaco.

Se han realizado 52 coximetrías en el Campus de Cantoblanco y 140 en el de Alberto Aguilera- ICADE. Para realizar una llamada de atención, se canjeaba un cigarrillo por un caramelo. La actividad ha despertado bastante interés, acercándose fumadores y no fumadores para informarse sobre la actividad. Llamaba la atención de algunos fumadores el alto nivel de Monóxido de Carbono en el aire espirado, teniendo interés en conocer lo que podía significar para su salud. En más de una ocasión se ha producido un cambio en la evolución de la adicción, pasando de no haberse planteado el dejar de fumar, a hacerlo. Este es el primer paso para abandonar la adicción. Como curiosidad, algunos volvían después de fumar un cigarrillo y comprobaban el aumento importante en este gas (CO), nocivo para la salud. Dado que la mayoría eran muy jóvenes, se les exponía brevemente, el hecho de que el Monóxido de Carbono tiene mucha mayor afinidad por la Hemoglobina, encargada de transportar el oxígeno en los glóbulos rojos de la sangre, que el propio oxígeno, por lo que la oxigenación de todo el organismo es peor en los fumadores que en los no fumadores, aunque aún no se haya desarrollado enfermedad alguna. Esto tiene una repercusión en la actividad deportiva, las marcas y la actividad física en general. También se explicó que no existe cantidad de humo de tabaco segura para la salud.