Éxito de la primera edición de los talleres científicos en el aula pediátrica del CHUS
A finales del pasado año, la Asociación puso en marcha un nuevo taller impartido por el equipo de voluntariado por la ciencia en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, en colaboración con el Aula Hospitalaria y la Obra Social de Pediatría. Desde entonces, el primer martes de cada mes, niños de entre 7 y 16 años que forman parte de su aula pediátrica acuden para descubrir experimentos curiosos y divertidos. El objetivo de estas sesiones consistió en ofrecer un medio con el que despertar nuevas vocaciones científicas entre los más jóvenes para beneficiar el futuro de la investigación oncológica.
El último encuentro de este curso 2024-2025 se produjo el 3 de junio con una jornada muy especial para sus asistentes. Por lo general, los experimentos suelen ser seleccionados de una cartera elaborada por la Fundación Científica de la Asociación, pero, en esta ocasión, Ceres Fernández, voluntaria e investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago, sugirió dos experiencias inéditas con las que clausurar esta edición. En la primera, los alumnos aprendieron a manejar y calibrar micropipetas de laboratorio y extrajeron muestras como auténticos científicos. Después, salieron al parque Andrea —parque infantil exterior del área pediátrica—. Allí las risas se mezclaron con los pequeños estallidos provocados por los petardos que crearon el propio alumnado empleando hielo seco, agua y detergente.
“La acogida de los talleres es muy buena, porque rompen con la rutina habitual —algo que a todos nos gusta— e invitan a la práctica, que supone otra forma de aprender”, afirma Tamara Prieto, psicóloga de la Asociación. “Los voluntarios por la ciencia que colaboran con nosotros transmiten su trabajo de una forma muy cercana. Se nota que se trata de algo vocacional y que existe un componente divulgativo que consiguen que llegue hasta los niños”.
Extracción del ADN de las fresas, las bases de la inmunohistoquímica con una sopa de letras y plantillas para colorear o la separación por gradiente de densidad con agua y jabón fueron algunos de los experimentos que los niños realizaron a lo largo de este año. Ante la buena acogida se espera que el taller se retome a lo largo del mes de octubre para mantener estas sesiones inspiradoras, educativas y llenas de diversión.