¿Feliz? Navidad. Claves para sobrellevar la pérdida de un ser querido en estas fechas señaladas

Guipúzcoa - 19/11/2018

 

Partimos de la base de que el duelo es un proceso natural, adaptativo, ante la pérdida, y que implica sufrimiento. Nuestra sociedad ejerce sobre nosotros una enorme presión para superar la pérdida de un ser querido con rapidez. Sentimos que, al tiempo, aburrimos cuando hablamos de nuestros seres queridos, que se nos exige “estar bien” o al menos, parecerlo. Cada persona es y reacciona de manera diferente, y en el proceso de duelo, aspectos como la relación con la persona fallecida, la capacidad de adaptación o la historia de duelos previos… hacen que ese proceso dure más o menos.

Desconozco la duración de un duelo, pero sé que el primer cumpleaños, el primer aniversario, el primer…. son siempre más difíciles y con ellos: la primera Navidad. Es una época en la que estamos sensibles, en la que la alegría de la calle nos puede molestar, y muchas personas desearían cerrar los ojos y volver a abrirlos el 7 de enero. Pero no podemos escapar; el bombardeo mediático, los anuncios en televisión, las luces en la calle o los villancicos por ejemplo, hacen que la Navidad esté muy presente desde semanas antes de las fechas señaladas.

Desde luego, no existen varitas mágicas. Pero la experiencia nos dice que estas pautas pueden ayudar a las familias a resolver algunas dudas sobre cómo afrontar la Navidad y de paso, trabajar en la elaboración del duelo, y en la prevención para evitar la aparición de duelos complicados.

Estamos en noviembre, ¿qué hacemos?

 

  • Mejor anticiparse, convocar una reunión familiar para poder hablar.

 

  • Tomar la iniciativa con temas como quizá un cambio de ubicación, un cambio de menú, los regalos, ...

 

  • No aislarse. Juntarse, compartir, cuidarse unos a otros.

 

  • Respetar si alguien no quiere juntarse, o no quiere participar de los regalos, pero podemos ayudar proponiendo otras opciones. Crear algo nuevo.

 

  • Seguramente todos en la mesa están compartiendo el mismo pensamiento y dolor. Podemos expresarlo, hacer presente con algo simbólico como un brindis o encendiendo una vela, o con acciones limitadas en el tiempo. Nos emocionaremos juntos, llorar si hace falta, pero evitaremos que uno tenga que levantarse y esconderse para llorar. Si hay niños, y la reacción es intensa, mejor retirarse a otra habitación o al baño hasta recomponernos antes de estar con los niños.

 

  • Cambiar las tradiciones familiares suele ser complicado y genera inquietud. Si planteamos un viaje para ausentarnos, porque decidimos que es la mejor opción, porque creemos que es la menos dolorosa, plantearlo como algo puntual para este año. “El año que viene ya veremos”.

 

  • Podemos romper la tradición o dejar que afloren los sentimientos con rituales (por ejemplo añadiendo una silla vacía en la mesa).

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¿Y los niños?

Si de alguien y para alguien es la Navidad, es para los niños. ¿Qué hacer si una familia está doliente porque han perdido a la amona, aitona, al padre o la madre, incluso peor, a alguno de los hijos?

Los niños tampoco pueden quedar al margen del dolor que siente una familia por la pérdida de un ser querido. Aunque resulte doloroso y difícil, lo mismo que en su día hubo que informarles de lo sucedido, en estas fechas deberíamos animarles a que expresen lo que sienten. El niño, lo primero que hace es mirar al adulto, y conforme lo asuma el adulto, así lo asumirá también el niño. 

- Hacer partícipe a los niños, ellos también están en duelo, y son niños pero no tontos. El silencio les intranquiliza. Podemos crear algo con ellos: diseñar una estrella o adorno para el árbol, un dibujo.

- Preguntar a los niños que les apetece hacer en Navidad es una manera de hacerles ver que sus sentimientos también cuentan y con su creatividad, nos ayudan a construir nuevos rituales.

- No es necesario vivir estas fechas con alegría, villancicos y luces, pero no recomendamos suprimirlas por el duelo. Cuando alguien siente dolor es difícil tener ilusión.

 - En esta época estamos más sensibles, los recuerdos afloran más. LA “CELEBRACIÓN” DE ALGO NO ES INCOMPATIBLE CON SENTIR DOLOR

En definitiva, la sociedad nos exige superar los duelos en tiempo récord. Cada uno necesita su tiempo, según el tipo de pérdida, las circunstancias en las que se produce esa pérdida o el momento vital en el que nos encontramos. Pero si han pasado muchos meses y sigue resultando difícil hacer las tareas cotidianas, o continúas recuerdas su falta con dolor, piensas que puede volver, le buscas a cada rato, sientes que no tienes futuro, te sientes culpable por seguir con vida, es muy posible que lo que tenga que ser un proceso normal se esté convirtiendo en algo complicado.

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