La Fundación ‘Ángela Navarro’ y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Madrid llevan tiempo conociéndose y trabajando juntas en el ámbito de las pelucas destinadas a pacientes oncológicas; pero, recientemente, con motivo de haber plasmado en un convenio de colaboración su compromiso de ir de la mano en el ámbito de la imagen de la mujer, dos integrantes de la Fundación han acudido este viernes a la sede de la AECC madrileña para impartir formación a varias trabajadoras sociales.

El espíritu de este acuerdo es "el mantenimiento de pelucas, que estén bien cuidas a la hora de prestarlas, para que se encuentren en perfectas condiciones y adaptadas a las pacientes que nos las soliciten”, señala Vanesa Jorge, coordinadora del Área Psicosocial, enmarcada en Programas y Servicios de AECC Madrid, que dirige Ana González. A este mantenimiento, prosigue Jorge, se une un programa de formación y el asesoramiento estético complementario y específico, ya sea presencial o a través de videoconsulta, sobre todo en el ámbito del maquillaje o cuidado de la piel denominado oncoestética. "Un paso más", apunta la coordinadora.

Ana Guerreo y María Pilar Gallego han sido las integrantes de la Fundación 'Ángeles Navarro' que han impartido la formación a una parte de los nueve trabajadores sociales con los que cuenta la AECC actualmente, además de haber podido conocer en su visita las nuevas dependencias dirigidas a la exposición y cuidados de pelucas.

Para que una paciente pueda acceder a este servicio de banco de pelucas debe solicitar cita en cualquiera de los cuatro Espacios territoriales de la AECC (Madrid, Getafe, Móstoles y Alcalá de Henares) o en la sede de Collado Villalba. Posteriormente, siempre va haber una valoración psicosocial detrás, con el fin de valorar el impacto que tiene la enfermedad en la paciente; aunque "hay que recordar que no somos una peluquería", puntualiza Jorge.

Ángela Navarro, toda una vida dedicada a la imagen, el cabello y el maquillaje en pasarelas y platós de cine y televisión, no solo ha desarrollado su vida profesional con gran éxito y prestigio en todo su sector y entre sus afamadas clientas, sino que también, como empresaria, mujer, madre de dos hijas, Beatriz y Ana -que le han cogido el relevo- y esposa, como le gusta subrayar, su responsabilidad social y su lucha permanente contra la brecha de género le llevaron a poner en marcha la fundación que lleva su nombre.