El voluntariado de Ferrol amplía su labor de acompañamiento con un nuevo programa en la Unidad de Cuidados Paliativos de su Hospital Naval, donde ofrecen apoyo a pacientes oncológicos y familiares.  A través de un protocolo de actuación acordado con el centro, tres voluntarios iniciaron esta nueva iniciativa ideada para favorecer la humanización. De esta manera, ofrecen conversación o un oído dispuesto a escuchar para brindar apoyo emocional en un momento especialmente sensible. Además, pueden servir de enlace entre los familiares y el personal sanitario, así como informar de los servicios gratuitos de la Asociación.

El pasado 29 de octubre, representantes de la Asociación y del área sanitaria se reunieron en el Hospital Naval para abordar el inicio del proyecto. Al encuentro asistieron la gerente del área Sanitaria de Ferrol, Fernanda López Crecente; la subdirectora de Humanización, Calidad y Atención a la Ciudadanía, Estrella López-Pardo, y el responsable de la Unidad de Cuidados Paliativos, Marcelino Mosquera Pena, que recibieron a la presidenta y vicepresidenta de la Junta Local ferrolana, Isabel Estevan y Mabel Sanesteban, respectivamente; a la coordinadora de voluntariado de la entidad, Adela Bastón, y a las personas voluntarias en la Unidad.

Ricardo Calza, responsable de Voluntariado de la Asociación en la provincia de A Coruña, explica que “estos programas de humanización hospitalaria son necesarios porque existe un hueco que los profesionales sanitarios no siempre pueden cubrir”. Para los pacientes, añade, “supone contar con personas que atienden las necesidades humanas que van asociadas a la enfermedad, que incluyen desde preocupaciones y miedos a la ayuda en la solución de problemas prácticos”.

Adela Bastón, coordinadora de voluntariado en Ferrol, asegura que “la sensación ha sido muy buena por parte de los pacientes y de los voluntarios, que acuden a una unidad bastante delicada. Fueron con cautela, pero la experiencia resultó muy positiva”. Indicó que, en su opinión, estas visitas “ofrecen un momento de distracción para los pacientes en el que pueden desconectar de su día a día dentro de Cuidados Paliativos”.

Los tres primeros voluntarios que acompañaron a los pacientes de esta unidad fueron Javier Veiga, Fátima Fraga y Lourdes Lage. Esta última recuerda las palabras de agradecimiento de unos familiares. “Dijeron que les parecía maravilloso que estuviésemos allí, aunque solo fuese para charlar un rato. En realidad, la mayor parte de las veces, al que vas a acompañar es al familiar, que necesita desahogarse, porque hay pacientes que se encuentran muy mal”.

Javier Veiga resalta el valor del personal sanitario. “Todos son encantadores dentro de Cuidados Paliativos. Creo que están hechos de una pasta especial, igual que los del Servicio de Oncología. Aquí siempre me he encontrado a grandes profesionales de este mundo. La mitad de la gente no sabe la suerte que tenemos con nuestro sistema sanitario”.

Por su parte, Fátima Fraga incide en lo gratificante que fue para ella. “Si los familiares necesitan salir, podemos quedarnos para acompañar al paciente. Hablamos con ellos y también pudimos explicarles los servicios gratuitos de la Asociación. Es una experiencia que te llena”.