El sistema inmune funciona como un centinela sin descanso, detectando células tumorales y eliminándolas silenciosamente antes de que generen un tumor. Así, la progresión del cáncer requiere de estrategias tumorales para frenar la respuesta inmune, que conducen a la generación de nuevas células inmunes disfuncionales, así como a la inactivación de las que son funcionales. En nuestro proyecto usamos un estímulo inflamatorio sostenido en el tiempo para reequilibrar ese estado de inmunosupresión inducido por las células tumorales, y generar nuevas señales inflamatorias que activen al sistema inmune para luchar contra el tumor. Como estímulo usamos la vacuna BCG, que presenta características únicas estimulando distintos brazos del sistema inmune, y que además se utiliza en humanos como vacuna frente a la tuberculosis, por lo que la transferencia de nuestros resultados a los pacientes sería más efectiva.