¿Qué pasa cuando sentimos miedo intenso y nos paralizamos? El miedo bien regulado nos permite, por ejemplo, salir a la calle o ver a nuestros familiares, mientras nos protegemos con nuestra mascarilla, distancia social e higiene de manos. Por el contrario, cuando no somos capaces de rebajar la intensidad del miedo, puede que nos bloqueemos, que nos neguemos a salir, e incluso que nos aislemos. El miedo nos enseña que podría haber algo de lo que debemos cuidarnos y protegernos, pero si no somos capaces de interpretarlo adecuadamente y de regularlo, podría paralizarnos y producir mucho sufrimiento. Aprovecho la utilidad del miedo: me protejo y me cuido. Me paralizo y me bloqueo: dejo de hacer actividades diarias y me aislo. Me siento peor.