Apuntando al enemigo oculto en el cáncer de hígado asociado a la obesidad
¿Sabías que una enfermedad llamada MASH—abreviatura de esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica—se ha convertido en la principal causa de enfermedad hepática crónica en todo el mundo? Está estrechamente relacionada con la obesidad y ocurre cuando se acumula demasiada grasa en el hígado, lo que provoca inflamación y daños a largo plazo. Con el tiempo, esto puede derivar en cáncer de hígado, especialmente en un tipo conocido como carcinoma hepatocelular (HCC, por sus siglas en inglés), que representa alrededor del 85 % de todos los cánceres hepáticos en adultos.
¿Lo más preocupante? Aún no contamos con tratamientos efectivos para la MASH.
Normalmente, nuestro sistema inmunológico ayuda a detectar y eliminar las células cancerosas. Pero en personas con MASH, este sistema de defensa no funciona correctamente. Una de las células inmunitarias claves involucradas, llamadas macrófagos, parece comportarse de manera diferente—y de formas que, de hecho, podrían favorecer el crecimiento del cáncer. El problema es que todavía no entendemos bien qué está fallando.
Ahí es donde entra mi investigación. Estoy estudiando una molécula llamada DNMT3A, que hemos encontrado mucho más activa en los macrófagos de personas con MASH y con cáncer de hígado relacionado con MASH. Esta molécula actúa como una especie de panel de control, encendiendo o apagando genes y modificando el comportamiento de las células inmunitarias. Estos cambios podrían estar ayudando al cáncer a escapar del sistema inmunológico.
Gracias a la Ayuda AECC Talento, estoy investigando cómo DNMT3A afecta tanto a los macrófagos como al entorno tumoral. Mi objetivo es descubrir si bloquear esta molécula podría ayudar al sistema inmunológico a hacer mejor su trabajo—y, en última instancia, a combatir el cáncer de hígado en personas con MASH.