Cambios y más cambios...

Hace 7 años

Hola a tod@s, ¿qué tal estáis? En primer lugar, me gustaría desearos un muy feliz 2017 lleno de alegría y amor de parte de vuestros más allegados tanto para los que ya conocía, como para los que han dado inicio a esta batalla en estos últimos meses.
Soy consciente de que hace mucho tiempo que ni siquiera he pasado por aquí para simplemente consultar vuestras publicaciones y saber algo sobre vosotros, pero yo creo que unas líneas más adelante comprenderéis el porqué de esta ausencia.
Para los que no conocéis “mi historia” (en realidad la protagonista es la mujer que me trajo a este mundo), mi madre fue diagnosticada de cáncer de mama estadio IV con metástasis óseas y pleurales en mayo de 2013. (Para saber más, os aconsejo que os paséis por mi perfil y leáis todos mis posts).
La última vez que aparecí por aquí os comenté que mi madre había estado ingresada en el hospital por un cuadro de fiebre y dolor y que teníamos mucha incertidumbre sobre el tratamiento y el futuro. Tras dicho ingreso, mi madre volvió a la quimio, pero esta vez en pastillas (XELODA), descartándose la opción de la quimio intravenosa con la finalidad de que no le produjera alopecia (aunque parezca una tontería, a mi madre le afecta mucho verse la cabeza como una bombilla). Al principio, bastante bien, los efectos secundarios eran mínimos, con alguna náusea e hinchazón de piernas y pies, pero bien por lo demás. Así estuvo desde últimos de agosto hasta finales de octubre.
A partir de ese momento, todavía más cambios, volvió la fiebre, pero mucho más acentuada (llegó hasta los 41 grados) y otra vez para el hospital. Estuvo ingresada dos semanas con sus catorce días y sus catorce noches. Agotador. Pero afortunadamente mejoró tras haberle administrado todos los antibióticos habidos y por haber.
Sin embargo, nosotros ya no estábamos tranquilos, porque no había sido normal que le hubiera subido tanto la fiebre llegando a tener que ingresarla dos veces en menos de tres meses. Le hicieron estudios de orina, sangre y varias pruebas más, pero los médicos no fueron capaces de encontrar el foco de la fiebre, por lo que llegaron a la conclusión de que había sido producida por la enfermedad, tanto en el primer ingreso como en el segundo.
Por otra parte, estaba el dolor de huesos, cada vez más acentuado sobre todo en la cadera y los fémures y rodillas, así, la oncóloga decidió practicarle una biopsia ósea para ver si las metástasis habían infiltrado el hueso hasta la médula ósea y efectivamente, así fue. Bajón total y absoluto. La oncóloga no nos había querido decir nada pero nos dijo que ya lo sospechaba porque mi madre había necesitado transfusiones de sangre cada dos semanas debido a la constante anemia que arrastraba.
Vuelta a lo mismo, hay que cambiar el tratamiento de nuevo porque el XELODA no ha dado ningún beneficio, todo lo contrario, la enfermedad está más avanzada, y los médicos deciden ponerle un tratamiento bastante nuevo que ha salido hace un par de años llamado ERIBULINA, específico para los cánceres de mama avanzados.
Después de este bajón, a partir de mediados de noviembre, vuelta a los goteros, un día a la semana durante dos semanas y la tercera, descanso. Junto a la medicación, una de cada dos veces que toca tratamiento mi madre necesita dos transfusiones de sangre para combatir la anemia crónica que padece.
En cuanto a efectos secundarios, la verdad es que no son muy malos, alguna que otra náusea y malestar digestivo, y, aunque no es lo normal, a mi madre se le empezó a caer el pelo al principio, aunque ese efecto ya pasó. Actualmente, mi madre está estable, con buen estado general y activa dentro de lo que cabe, aunque es verdad que menos que antes. He de decir que ella toma 200 mg de morfina cada 12 horas junto a otros medicamentos relajantes para el dolor.
He olvidado añadir anteriormente que yo me preocupé muchísimo cuando nos dieron la noticia de la infiltración medular en los huesos. La situación me desbordaba, veía que se me estaban acabando las fuerzas; pensaba en el futuro y lo único que hacía era llorar y llorar, día tras día. Ante esta situación, decidí acudir a la psicóloga del hospital de día y fue bastante clara, me dijo que mi madre estaba muy enferma y tenía que afrontar la situación, que estos tres años, casi cuatro, habían sido un regalo y que a partir de ahora, el tiempo era oro. Hablé con la oncóloga y me dijo que ella no se guiaba por estadísticas, pero que si quería saberlo, los pacientes que habían estado en la situación de mi madre, solían tener un año de vida aproximadamente. Sin embargo, me dijo que no me preocupara por eso porque ella es muy fuerte y puede seguir todavía mucho tiempo aquí con nosotros. Bueno, yo desde entonces no dejo de darle vueltas a la cabeza.
Ya para acabar, me gustaría añadir que ha habido dos acontecimientos que nos han marcado en estos últimos meses, tanto a mi madre como a mí. A una de sus amigas de toda la vida le diagnosticaron el bicho también un poquito avanzado y ahora le toca a ella empezar a luchar contra él. Y por último, y esto nos ha afectado todavía más, la semana pasada falleció una chica que conocíamos desgraciadamente por culpa del asqueroso bicho. Mi madre ha estado un poco de bajón porque esta chica también padecía cáncer de mama y llevaba luchando muchísimos años, pero el bicho ha ganado finalmente la batalla tras haberle hecho sufrir mucho durante estos últimos meses.
Sin más, espero pasarme más a menudo a partir de ahora y manteneros al tanto del estado de mi madre. El lunes día 16 le toca quimio de nuevo y el mes que viene, otra vez todas las pruebas.
Un fuerte abrazo para todos y os deseo muchísima fuerza y ánimo!!!
Hace 7 años

Andrés, siento el duro pronóstico de tu madre, no me extraña que no tengas muchas ganas de nada. Tenemos que ser conscientes de que esta enfermedad es muy dura, que a veces los tratamientos no funcionan, que cada caso es un mundo...Y que, bueno, el tiempo es oro, como te han dicho, y toda vivirlo de la mejor manera posible. Yo siempre pienso que lo importante al final es la calidad de vida que podemos tener y que la esperanza no debemos perderla aunque seamos conscientes de las piedras del camino...Os deseo mucha suerte. Un abrazo

Hace 7 años

Hola Andrés,

Terminas tu historia diciendo que tu madre se encuentra bastante bien. Eso es fantástico, a mí personalmente me pone muy contenta cuando leo que pese a estar enfermos se goza de una calidad de vida digna. También veo que tienes "los pies en el suelo", que has buscado ayuda y has aceptado lo que lamentablemente esté por venir. Para esto último quiero mandarte un gran abrazo y todo mi apoyo. Tu madre es una mujer muy valiente y tiene la gran suerte de tenerte a ti junto a ella. Os deseo todo lo mejor, un abrazo.

Hace 7 años

Hola Andrés, cuanto tiempo sin tener noticias de tu madre y de ti! Me alegro de tenerlas aunque no sean todo lo buenas que yo hubiera deseado, tenía la esperanza de que tu madre estuviera, cuanto menos, estable... pero ya veo que aunque tuvo su tiempo de estabilidad, ahora toca volver a pelear. Yo estoy en este momento tomando Xeloda para mis metástasis óseas tb y aunque tengo algunos efectos secundarios dolorosos, como el síndrome mano-pie, que conlleva dolor y quemazón en ambas extremidades, con ampollas en alguna ocasión, no tengo otros efecto adversos añadidos por lo que no sé durante cuanto tiempo podré tomarlo. Mis metástasis al menos se han parado y algunas han desaparecido con este tratamiento, pero soy consciente de que en algún momento dejará de hacer efecto y habrá que pasar a otra línea de tratamiento, en mi caso solo llevo dos (Taxol y Xeloda). Te leo y me veo identificada en muchas cosas, yo también tomo morfina para el dolor que nunca ha cedido del todo y ahora me han añadido Tryptizol 25 mg. y me veo un poco mejor. Esto es así Andrés, las treguas que nos da la enfermedad hay que aprovecharlas al 100%, y cada día es un regalo para nosotros. Tu madre ha demostrado tener una fortaleza fuera de serie, no se le puede pedir más, que luche hasta donde pueda, que tú estés a su lado como hasta ahora y te aseguro que le das mucha fuerza, y que no perdáis nunca la esperanza, a pesar de los días malos y de los pronósticos adversos... nunca se sabe, como siempre decimos, no somos estadísticas, somos personas y cada una responde de manera totalmente única a los mismos tratamientos. Tu madre estará aquí hasta que Dios quiera, igual que yo, que tú y que todos, y mientras ella quiera seguir y pelear, asi tendrá que ser. Te mando un abrazo enorme y os deseo todo lo mejor, tu madre se merece el hijo increíble que tiene y tú te mereces una digna y gran madre como la que tienes. Cuídate y cuídala. Nos vemos por aquí, amigo.