Hace 8 años

UN INCONVENIENTE
Mercedes está trabajando en su negocio, suena el teléfono. Es Macarena.
- ¿Qué haces trabajando? – le dice.
A lo que ésta responde:
- ¿Qué hago, me quedo en casa dando gritos?
Su amiga es enfermera y la acompañó esa mañana a recoger los resultados de unas pruebas que se había hecho la semana anterior por unos nódulos en la mama .Le habían dicho que tenía que quitárselos pronto.
Macarena le pregunta si quería ir a otro médico, a lo que ella responde que va donde ella le diga.
- Os recojo a las cuatro - le dijo-
A esa hora la esperaba, acompañada de su marido. Tenían cita con un afamado cirujano especialista en mama que después de auscultarla confirmó el mismo diagnóstico. El golpe para la familia fue tremendo. Al día siguiente hicieron la prueba de anestesia y a los tres días fue intervenida. La operación duró unas tres horas. Mientras Mercedes estaba en el despertar, el cirujano habló con su marido y sus hijos, les dijo que ella estaba bien, que ya no tenía el tumor; ni los veintisietes ganglios, catorce de ellos afectados, ni la mama.
Todos se vinieron abajo, ya que la esperanza de que no fuese malo se desvaneció. También dijo que el tumor era galopante y dio pocas esperanzas. Ese señor creo que tuvo poco tacto con esa familia sobre todo con los jóvenes.
Cuando Mercedes despertó y la subieron a la habitación, todos disimularon e intentaron poner buena cara. Ella se alegró mucho al ver allí a dos de los amigos de su hija que habían querido acompañarla en ese trance, nunca se le olvidará ese gesto de amistad y cariño. Cuando le dieron el alta médica y se fueron a casa, su hermana como siempre se fue con ella para cuidarla. Al día siguiente a primera hora de la mañana Mercedes se levantó y preparó el desayuno a sus hijos. No quería que la vieran en la cama para que no sufrieran. Ella sabía bien lo que era aquello, ya que su madre había muerto a la misma edad y de la misma enfermedad.
A la semana le quitaron los puntos de la herida, como siempre Macarena la acompañaba. El doctor y ella coincidieron en que la mejor opción sería un prestigioso oncólogo que ellos conocían, que también era muy buen psicólogo y para su forma de ser le vendría muy bien. Pero este señor no visitaba en la seguridad social… Se quedaron sin saber que decir. De vuelta a casa recordó que tenía un seguro privado que había utilizado poco ya que no había sido enfermiza, llegó y se puso a buscar el libro de especialistas y cuál no sería su alegría al ver el nombre del doctor entre los oncólogos. Su amiga enseguida pidió cita urgente.
Nada más llegar a la consulta, saludar y hablar con el doctor, vieron la calidad humana y profesional que tanta fama tenía. Después de ver el historial y reconocerla le explicó el tratamiento y los pasos a seguir. Mientras ella se vestía, oyó decir a su hijo, que la acompaño en esa ocasión:
- ¡Por fin oigo algo bueno!
El médico le dijo que había opciones.
Dicen que cuando una situación es muy grave, la mente la rechaza, y eso le pasó a Mercedes. Un día vino a verla su nietecito de dos años y al besarla vio una tristeza en su mirada. Que la hizo reafirmarse más en no decaer para no hacerlos sufrir más.
Y llegó la bendita quimio. Ese tratamiento milagroso que con tanto acierto le aplicó ese gran doctor y mejor profesional al que ella tanto quiere. Las sesiones eran largas pero ella las resistía muy bien, a la segunda llegó lo peor, la caída del pelo, y eso sí que pudo con ella.
No llegó a caérsele del todo, pero tuvo que llevar peluca. El primer día que se la puso fue horrible para ella. La entrada en su trabajo no se le ha olvidado ni siquiera la primera persona que la esperaba; pero nadie preguntó nada. Ni su marido ni sus hijos la vieron nunca descubierta, para dormir tocaba pañuelo, y de día peluca, que por cierto le sentaba bastante bien. Después vinieron cuarenta sesiones de radioterapia. A los dos meses de terminar el tratamiento por fin empezó a salirle el pelo. Luego las revisiones: primero cada dos meses, después cada seis, todavía está pasándola cada año y ya son trece sin haber tenido una sola recaída. El consejo que le dio el doctor: “De este tema, ni hablará con nadie ni leerá nada. Porque cada cuerpo reacciona de una manera” .Fue de lo más acertado.
Esta curación, aparte del tratamiento tan acertado y los consejos del doctor, fue obra del amor, el amor de Macarena por llevarla por el camino adecuado, el amor de sus clientas por rezar tanto por ella, tratándola como si no pasara nada, pero sobre todo del amor de su familia que le demuestra cada día, y del amor de ella por ellos.
Hace 8 años

Hola Isabel1946!!!

Me alegro enormemente por Mercedes, de esos 13 años de revisiones y que todo vaya bien. Mi enhorabuena para ella y para todos los que estuvieron y siguen estando a su lado, y lógicamente también por el acertado médico al que acudió

Que siga todo como hasta ahora, es lo que más deseamos todos en esta pequeña familia virtual!!!

Un abrazo para ti, por hacernos partícipes de tan buenas nuevas y otro enorme para Mercedes la protagonista de esta lucha!!!

Hace 8 años

Ah!!! Por cierto, y ¿ dónde está el inconveniente?

Hace 8 años

Hola,

Que testimonio más esperanzador!. Muchas mujeres están en esta situación y seguro que les ayuda saber que se puede. Un abrazo

Hace 8 años

Hermosa historia. Ojalá se repita ese final muchas veces.

Hace 8 años

Hola!!

Mi enhorabuena. Gracias por un testimonio tan esperanzador. Un abrazo

Hace 8 años

hola me alegra oir una buena noticia en todos los que pasamos por esta enfermedad gracias por tu testimonio un fuerte abrazo