Tratamientos

El tratamiento del glioblastoma es complejo y requiere un equipo multidisciplinar formado por neurocirujanos, oncólogos médicos, oncólogos radioterápicos, neurólogos, neurorradiólogos, neuropatólogos,… entre otros especialistas.

  • Cirugía: Se realiza para extraer la mayor cantidad posible del tumor sin dañar áreas vitales del cerebro, y conseguir así mismo material para confirmar el diagnóstico y hacer los estudios moleculares pertinentes. Es decir, es una opción terapéutica, pero tiene también objetivo diagnóstico, ya que se consiguen muestras del tejido tumoral, para estudiar en el laboratorio de anatomía patológica, ver el tipo de tejido y además estudiar posibles alteraciones moleculares. Esto es necesario para poder adecuar los posibles tratamientos complementarios.
  • Radioterapia: Se utiliza para eliminar células tumorales residuales tras la cirugía. Se realiza de manera focalizada, sobre la zona donde estaba el tumor, diariamente, durante aproximadamente 6 semanas.
  • Quimioterapia: El medicamento más común es la Temozolomida, es un fármaco oral, que es administrado conjuntamente con la radioterapia y después de la misma (aproximadamente unos 6 meses). 

En algunas indicaciones concretas de pacientes con glioblastoma de reciente diagnóstico tras la radioterapia y quimioterapia concomitante, se pueden añadir campos eléctricos alternantes (TTFields) como complemento a la quimioterapia. 

Se están realizando numerosos estudios para mejorar los tratamientos, incluyendo terapias genéticas, vacunas y nuevas inmunoterapias. España es puntera en investigación clínica en oncología, y en el glioblastoma esta opción de participar en un estudio clínicos es de gran interés para las personas afectas de este tipo tumoral. 

Secuelas de los tratamientos

Algunas cirugías pueden dejar déficits neurológicos; y en casos extremos puede ser necesario un dispositivo permanente (ej. derivaciones). Pueden incluir problemas neurológicos persistentes como debilidad o dificultad para mover una extremidad, problemas cognitivos, o problemas relacionados con los tratamientos oncoespecíficos como problemas relacionados con la inmunidad, aumento de infecciones o sangrados. 

Estas suelen ser en la mayoría de los casos reversibles al finalizar el tratamiento. Es importante consultar si aparecen estas complicaciones durante los tratamientos y seguir las indicaciones del equipo. Por otro lado, los tratamientos también pueden presentar complicaciones a largo plazo como la pérdida de memoria, que en algunos casos puede no ser reversible. 

Este contenido ha sido revisado en noviembre de 2025 por María Martínez García. Unidad de Neuro Oncología, Servicio de Oncología Médica. Hospital del Mar y CIOCC HM Delfos, Barcelona.