Esperando el “sí”

A lo largo de nuestras sesiones de orientación nos encontramos en muchas ocasiones con personas que se encuentran realmente desesperanzadas en su búsqueda de empleo al acumular demasiados “no” en su mochila, desmotivación que se refleja en que la persona:  

  • Cada vez pone menos empeño en cuidar su estrategia para la búsqueda de trabajo. 
  • Empieza a perder esperanza de que encontrar algo “de lo suyo” sea posible. 
  • Duda sobre su propuesta de valor, no sabiendo encontrar ni defender su factor diferenciador con respecto a otras personas al entrevistador. 
  • Afronta una figura de “perfil bajo”, reduciendo su capacidad de impactar o dejar huella en sus entrevistas.

Por ello, una buena parte de la sesión sucede tratando de reducir el sentido de fracaso personal que asumen estas personas ayudándoles a ver aspectos como los que siguen:

  • ¿No has pasado tu último proceso de selección? ¡Enhorabuena! No era lugar para ti. Un proceso de selección no trata de encontrar a las “mejores personas” ni a los “mejores trabajadores”, por lo que ser descartado de un proceso no implica que nos estén catalogando de malas personas o profesionales (convicción más común de lo que pensamos). Un proceso de selección consiste sencillamente en encontrar a aquella persona que encaje mejor con los requisitos del puesto concreto al que estemos postulando: los denominados requisitos “duros” (formación y experiencia mínima requerida, idiomas…) y “blandos” (donde se exploran tus competencias: proactividad, orientación al cliente, habilidades comunicativas… así como tus valores). Nada más simple y complicado que eso. Por lo que si no has sido seleccionado para un proceso, piensa que quizás no era el lugar en el que mejor te puedes desenvolver.
  • Las fases de criba y selección son llevadas a cabo por personas. Pese a que cada vez más se tratan de objetivar los procesos de selección, con la introducción de test psicotécnicos y pruebas técnicas, no nos olvidemos que gran parte del peso de la decisión recae en el resultado de la entrevista personal que mantendremos con el entrevistador –donde en muchos de los casos en realidad se trata de personas poco preparadas para no dejarse llevar por elementos subjetivos, incurriendo en cierto sesgo-. En este sentido, juegan un rol muy importante nuestras habilidades comunicativas, actitud y preparación de la misma. En cualquier ámbito, estar preparados nos ayuda a “disfrutar” más el momento o, por lo menos, a desenvolvernos con mayor naturalidad –más allá de los nervios normales del momento-. Esto nos ayudará a salir de la entrevista con la satisfacción de haber mostrado la mejor versión de nosotros mismos durante la conversación.
  • Lo que depende de mí y lo que no. Como todo en la vida, y en la búsqueda de empleo no podía ser menos, dentro de un éxito o un fracaso siempre hay dos tipos de factores: los que dependen directamente de mi trabajo o esfuerzo y los que no, pero que estando ahí favorecieron o quizás entorpecieron mi resultado. 

¿Qué sí depende de mí en la búsqueda de empleo?

  • Buscar empleo con una estrategia, estableciendo un método y rutina de trabajo, objetivos a corto y medio plazo, así como tiempos para conseguirlos. 
  • Adecuación de mi CV para cada oferta de empleo a la que desee postular, haciéndolo atractivo de acuerdo a las nuevas tendencias y posibilidades que me brinda la informática y tecnología. 
  • Fórmate en aquello que detectes que el mercado pide y a ti aún te falta: formación relacionada con tu profesión, idiomas, programas informáticos… ¿Cómo darme cuenta de ello? Por ejemplo, comienza por prestar atención a los requisitos de las ofertas de empleo a las que te gustaría postular pero que aún se encuentran fuera de tu alcance por ciertos requisitos –verás que se repetirán patrones que te señalarán por dónde empezar-. 
  • De igual modo, desarrolla y entrena habilidades que sean importantes para tu sector. 
  • Adquiere experiencia relacionada en lugares donde te resulte más fácil comenzar: prácticas, voluntariados… 
  • Prepara tus entrevistas personales, adquiriendo información sobre la empresa y elaborando tu propuesta de valor. 

Y si todo lo anterior continúa sin dar fruto, pide ayuda. Infórmate de las posibilidades de orientación laboral existentes en tu ciudad (organismos, conferencias…) y escucha y trabaja sobre sus consejos.

¿Qué no depende de mí?

  • La situación del mercado laboral actual: tipos de contratos, congelación de los salarios…
  • Que mi profesión tenga menos oportunidades en España y más fuera de ella.

… entre otros.

Con esto no pretendemos “dar alas” a aquellas personas que se escudan en “lo mal que está todo” para excusar su falta de perseverancia en su búsqueda de empleo, pero también somos contrarios a aquellos mensajes tipo “coaching” mal entendido en el que parece que todo se soluciona con “si quieres puedes”, pareciendo que las personas que aún van a tardar un poco más en llegar a sus objetivos no se estén esforzando lo suficiente.

Con este post únicamente queremos transmitir el mensaje de que la búsqueda de empleo ya es un proceso demasiado difícil como para dejarnos llevar por un sentimiento de frustración; esperamos que con esta reflexión el lector pueda hacer esta distinción de responsabilidades y que le sirva de motor para alcanzar todas sus metas.

Recuerda que en muchas ocasiones “lo que parece imposible sólo tarda un poco más”. 

Rocío Rubio
Consultoría y Formación en ConTalento RRHH
@RocioRRHH