¿Cuál es la situación de humo ambiental en España?
Existen estudios que muestran el impacto que tiene el humo ambiental en nuestro país. Según el Observatorio AECC, el 24% de los españoles fuman a diario, en mayor medida en el caso de los hombres y entre quienes tienen entre 25 y 54 años.
En cuanto a la exposición al humo ambiental del tabaco, calcula que el 15% de la población adulta se expone diariamente al tabaco. En el caso de menores, esta cifra aumenta al 27%. El motivo es la exposición en el hogar, ya que 7 de cada 10 personas fumadoras reconoce fumar en el domicilio en presencia de menores.
Por otro lado, varios estudios a nivel nacional y europeo han medido la presencia de humo ambiental en espacios, tanto cerrados como abiertos. Las conclusiones son:
- En los hogares en los que está permitido fumar, se pueden encontrar concentraciones de nicotina perjudiciales para la salud tanto en el salón como en las habitaciones de los y las menores, aunque nadie haya fumado en ellas.
- La presencia de humo del tabaco se detecta en el 50% los entornos escolares en España (parques infantiles y accesos a escuelas de primaria), cifra superior a la del conjunto de la Unión Europea.
- Podemos encontrar restos de consumo de tabaco en más del 95% de las terrazas de bares, restaurantes y otros locales de hostelería y ocio.
¿Cuáles son los riesgos asociados al humo ambiental?
La exposición al humo ambiental puede causar graves problemas de salud: aumenta hasta un 30% el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas o puede llevar a desarrollar una enfermedad pulmonar crónica. También puede producir muerte prematura y algunos tipos de cáncer, como el de pulmón. Entre quienes nunca han fumado, las personas expuestas al humo ambiental del tabaco duplican el riesgo de padecer cáncer de pulmón, comparado con las que no están expuestas al humo ajeno.
Además de cáncer de pulmón, el humo ambiental puede causar cáncer de laringe y faringe. Y algunas investigaciones sugieren que también puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de mama, de cavidad del seno nasal y de nasofaringe en adultos, así como aumentar el riesgo de leucemia, de linfoma y de tumores cerebrales en niños.
Cuando una mujer embarazada fuma, el feto es considerado fumador pasivo, ya que los componentes del humo del tabaco, como la nicotina, atraviesan fácilmente la placenta. Esto provoca diversas alteraciones, entre las que destacan: reducción del crecimiento fetal (entre 150 y 250 gramos menos), mayor prevalencia de muerte súbita del lactante, problemas de oído y respiratorios agudos en los bebés o aumento de las complicaciones del embarazo y parto (más riesgo de partos prematuros y abortos espontáneos o desprendimiento prematuro de la placenta).
Que los padres fumen también es perjudicial para los menores de 18 meses, pues el humo ambiental hace que el bebé reciba menos oxígeno, aumente la frecuencia de sus latidos cardíacos y altere el crecimiento de sus pulmones.
Los niños son especialmente vulnerables a los efectos del tabaco. Según la Organización Mundial de la Salud, unos 700 millones de niños del mundo, casi la mitad, respiran aire contaminado por humo de tabaco. Y alrededor de 250 millones de los niños del mundo morirán por causa del tabaco. Entre los efectos nocivos sobre los niños expuestos al humo ambiental, pueden sufrir un 50% más de otitis, un 20% más de crisis asmáticas o un 30% más de infecciones respiratorias.
¿Qué ocurre con otros productos derivados del tabaco, como las cachimbas o el “vapeo”?
El uso de cachimbas, cigarrillos electrónicos (vapeo) o tabaco por calentamiento ha aumentado en los últimos años. El humo (o en algunos casos el vapor) de otros productos derivados del tabaco es un riesgo para la salud de fumadores activos y pasivos, produciendo también humo ambiental. No pueden considerarse una alternativa segura al tabaco, ya que conllevan riesgos similares al del humo de los cigarrillos, como padecer cáncer de pulmón.
Según un reciente estudio, el humo de la cachimba tiene tantas sustancias nocivas como el de los cigarrillos, conteniendo sustancias cancerígenas y nocivas como la nicotina o bencina. Incluso cuando el vapor no contiene nicotina, desprende otras sustancias que podrían ser perjudiciales para la salud. Por esto, aunque todavía no hay estudios firmes aún, se recomienda evitar la exposición al humo y al vapor que desprenden estos productos.
El humo ambiental de la marihuana también es peligroso porque contiene muchas de las mismas sustancias que pueden causar cáncer que contienen los cigarrillos. Incluso contiene mayores cantidades de sustancias nocivas como el alquitrán, amoniaco o cianuro de hidrógeno. Aunque muchos fumadores de cannabis no se consideran fumadores, esta es una vía de entrada al tabaquismo.
¿Qué puedo hacer para reducir la exposición al humo ambiental del tabaco?
- Si eres fumador pasivo, puedes hacer valer tus derechos y pedir a las personas fumadores que no fumen en tu presencia.
- Haz de tu casa un hogar sin humo. En las casas en las que no se fuma se reduce la exposición de adultos y niños al humo ajeno, protegiendo a los más vulnerables como los que tienen asma u otras enfermedades. Recuerda, fumar junto a una ventana o en la entrada no convierte la casa en un hogar sin humo, pero es preferible a que fumes en el interior.
- No permitas que se fume en el coche. También se puede reducir el humo ambiental no fumando en los coches y demás vehículos cuando hay niños o no fumadores. Se han detectado altas concentraciones de humo ambiental en coches en los que se fuma. Y recuerda, abrir las ventanillas no sirve para evitar el humo ambiental. Reino Unido y otros países prohíben fumar en vehículos particulares si en ellos viajan niños.
- Apoya las políticas antitabaco en tu lugar de trabajo. Es la mejor opción para que los trabajadores se vean plenamente protegidos, y por igual, frente al humo ambiental.
- Evita espacios cerrados en los que pueda haber humo ambiental, como terrazas cerradas o espacios habilitados para fumar en centros de trabajo.
- Si eres fumador/a, nuestra recomendación siempre será que te animes a dejar de fumar. Si te ves capaz y te animas a hacerlo, te podemos ayudar a conseguirlo.
- Si eres fumador/a y no te planteas dejar de fumar, puedes contribuir dejando de fumar delante de otras personas, especialmente no fumadoras:
- Evita los lugares de paso (entradas, escaleras…)
- Evitar fumar en el coche.
- Si vas a fumar en casa, es preferible que lo hagas al aire libre (un jardín, una terraza o al menos, en la ventana).
- Si vas a estar en contacto con bebés y recién nacidos y has consumido tabaco u otros productos relacionados, te recomendamos que te cambies de ropa y laves bien las manos antes de cogerlo en brazos.