Tratamiento del melanoma

Los tratamientos del melanoma van desde la cirugía a la inmunoterapia. Cuando un melanoma es descubierto en su estadio inicial y extirpado debidamente las perspectivas son excelentes.

Tipos de tratamientos

En realidad, los pacientes con melanoma en su estadio inicial pueden tener tasas de supervivencia muy. Pero cuando el melanoma ha dado metástasis, la tasa de supervivencia es menor, lo cual pone en evidencia el desafío de los clínicos para hallar maneras de controlar mejor las formas avanzadas de esta neoplasia maligna.

Los tratamientos para el melanoma que disponemos en la actualidad son:

Cirugía

La cirugía es el tratamiento primordial del melanoma y consiste en la resección del tumor con márgenes libres, que deben de ser entre 0.5 a 2 cm, en función de la profundidad del propio tumor.

Por márgenes libres se entiende a márgenes de piel sana y normal que rodea los bordes del cáncer.

Tratamientos del melanoma - Profundidad del tumor y márgenes libres

En la mayoría de casos puede realizarse una extirpación simple bajo anestesia local, con cierre directo. En algunos casos no es posible el cierre directo del defecto, siendo necesario recurrir a colgajos o a injertos de piel.

Los ganglios linfáticos del territorio cutáneo donde se localiza la lesión representan un paso obligado para las células tumorales desde la circulación linfática alrededor del tumor. Se ha demostrado una progresión ordenada de la metástasis a lo largo de los ganglios regionales y la probabilidad de encontrar una micrometástasis en un ganglio más alejado es menor del 2% cuando el primer ganglio es negativo. Por esta razón, este primer ganglio recibe la denominación de ganglio centinela.

Algunas guías recomiendan valorar la realización de la técnica del ganglio centinela, (que consiste en la identificación de este ganglio y su extirpación y análisis) a los pacientes que presentan algunos factores de riesgo (edad joven, ulceración, invasión linfovascular, alto índice mitótico, afectación del margen profundo de resección por el tumor , etc.). 

Si este ganglio está sano y es negativo para afectación tumoral, entonces lo más probable es que el resto de ganglios estén sanos, por lo que no se recomienda extirparlos.

Si el ganglio centinela es positivo se debe realizar la extirpación de los ganglios regionales correspondientes.

La extirpación de los ganglios linfáticos supone un mayor riesgo de complicaciones como infección, hemorragia o linfedema.

En la mayoría de los pacientes con metástasis a distancia de melanoma, el tratamiento debe orientarse a preservar la calidad de vida y a prolongarla en lo posible. Por esto, si la metástasis es única se puede a veces intentar extirparla quirúrgicamente. La cirugía también tiene un papel en la paliación de los síntomas que producen estas lesiones.

Inmunoterapia y terapias dirigidas

La inmunoterapia es un tipo de terapia biológica, que en melanoma ha supuesto una de las grandes líneas de investigación y tratamiento en esta enfermedad y continúa siéndolo, experimentando, además, en los últimos años grandes avances en el tratamiento de la enfermedad en fase avanzada, principalmente. 

La inmunoterapia se basa en que la estimulación del sistema inmune del paciente con melanoma puede ayudar a frenar el avance de la enfermedad.

El tratamiento con interferón sigue siendo una opción para algunos pacientes, aunque con frecuencia los efectos secundarios son importantes y afectan la calidad de vida de la persona. 

La inmunoterapia es un tipo de tratamiento que se basa en la estimulación del propio sistema inmunológico del paciente para que sea capaz de reconocer y eliminar las células tumorales.

También hay fármacos conocidos como tratamientos biológicos que tratan de estimular determinados puntos del 
sistema inmune con la finalidad de que pueda actuar más eficazmente en su lucha contra la enfermedad. 

En los últimos años se ha evidenciado que en algunos casos es beneficioso para algunos pacientes añadir tratamientos de tipo inmunológico o terapias biológicas (inhibidores de puntos de control inmunológico, como por ejemplo: ipilimumab, nivolumab y pembrolizumab).  Pueden mejorar el pronóstico, y parecen presentar mejor tolerancia que el interferón.

También se están investigando y usando en algunos pacientes el uso de terapias dirigidas.  Hay personas en las que su tumor puede presentar alguna alteración genética o mutación (mutaciones en BRAF, por ejemplo, siendo las más frecuentes BRAF V600E o V600K). Para los casos en que esta situación se da, la aplicación de tratamientos como dabrafenib y trametinib parece presentar mejoras en la evolución de los pacientes. 

Estos fármacos y otros parecidos forman parte de los tratamientos biológicos dirigidos, ya que bloquean puntos o vías concretas del metabolismo de la célula tumoral, ocasionando el fallo de los mecanismos de supervivencia y provocando por tanto la muerte de la célula tumoral. 
 

Tratamientos del melanoma - Cirugía

 

Quimioterapia 

Los pacientes con metástasis no subsidiarias de tratamientos locales (cirugía o radioterapia) pueden recibir terapias paliativas diversas pero en general la quimioterapia como tratamiento, no es muy eficaz contra el melanoma, a diferencia de otros tipos de tumores. 

Radioterapia

La radioterapia puede estar indicada en aquellos pacientes con afectación ganglionar por melanoma o en aquellos pacientes con metástasis. 

También es muy eficaz en el control del dolor en caso de metástasis óseas, o para reducir el tamaño de las lesiones y/o paliar los síntomas que las metástasis pueden ocasionar en el cerebro o en la médula espinal.

Secuelas del melanoma y su tratamiento

Las secuelas de la cirugía del melanoma dependen de la localización y del área de superficie cutánea que haya que extirpar.

La principal secuela es la cosmética. En la extirpación del melanoma se recomienda la extirpación de un margen de piel sana alrededor de la lesión de tamaño variable. En algunos casos, el defecto originado en la piel por la extirpación se puede cerrar fácilmente aproximando bordes y el resultado es una cicatriz. Pero cuando no es posible el cierre de esta manera se recurre a injertos o colgajos cutáneos, por lo que la alteración estética es mayor. El injerto se obtiene de otra parte del cuerpo, generalmente las piernas o la región glútea. 

Aquellos pacientes que son sometidos a un vaciamiento ganglionar regional,  al  haber sido extirpados algunos ganglios linfáticos en determinadas zonas, pueden desarrollar en la evolución posterior una retención de líquidos en la extremidad, llamada linfedema, por debajo de la región ganglionar intervenida (en una pierna si la linfadenectomía se ha practicado en una ingle, en brazo si la linfadenectomía se practicó en axila). Esto se debe a que los ganglios linfáticos se encargan de realizar el drenaje de líquidos que se acumulan en los tejidos de las extremidades debido al efecto de la gravedad.

El linfedema es un proceso crónico con episodios de mejoría y de reagudización, y el tratamiento consiste en medidas posturales, compresivas y de drenaje preferentemente dirigidas por un especialista en rehabilitación y o un fisioterapeuta.

Seguimiento y revisiones después de un melanoma

Aunque se realice una extirpación completa del tumor existe riesgo de que el melanoma reaparezca en la misma zona (recidiva local) en los ganglios próximos (recidiva regional) o en otros órganos (metástasis).

Para hacer un diagnóstico lo más temprano posible de las posibles recidivas es necesario que los pacientes con melanoma realicen revisiones médicas periódicas. Tu médico te recomendará con qué frecuencia debe hacerse el seguimiento, lo que por lo general depende del estadio en que se diagnosticó y cuando se extirpó el tumor.

Es importante que el propio paciente se vigile la piel y los lunares nuevos o cambios en lunares ya conocidos.

En cualquier caso, se recomienda siempre evitar la exposición solar y emplear protectores solares de alto índice de protección.

Tratamientos para curar el melanoma - Seguimiento