cáncer de testículo: Causas

No se conocen bien los motivos que pueden producir un cáncer de testículo, pero su aumento en las últimas décadas en los países industrializados, hace pensar que puedan estar implicados diversos factores de riesgo ambientales o de estilo de vida.

Algunos de ellos pueden actuar en edades muy tempranas y  están relacionados o son los mismos que causan el descenso de la fertilidad masculina. De hecho, la incidencia de cáncer testicular se considera en algunos ámbitos como un indicador de la salud reproductiva de una población.

factores de riesgo del cáncer de testículo

Los principales causa del cáncer de testículo son:

  • Factores geográficos y étnicos
  • Riesgos perinatales.
  • Sobrepeso.
  • Contaminantes ambientales.
  • Criptoquidia.
  • Microcalcificaciones testiculares.
  • Factores genéticos.
  • Sustancias químicas
  • Antecedentes personales de cáncer de testículo
  • Antecedentes familiares.
  • Disgenesia gonadal.
  • Síndroma de Klinefleter

A continuación, se desarrollan de manera más extensa las distintas causas.

Factores geográficos y étnicos

El cáncer de testículo de células germinales es más frecuente entre hombres blancos de países industrializados occidentales, observando las mayores incidencias en los países del Norte de Europa. En cambio, los hombres africanos son los que presentan las tasas más bajas.

Riesgos perinatales

Entre ellos podemos citar la criptorquidia, la hernia inguinal y la gemelaridad. Hay indicios de que el peso al nacer y la edad gestacional puedan estar asociados con el riesgo de cáncer testicular.

Sobrepeso y obesidad

Según algunos estudios publicados, los pacientes con cáncer de células germinales de testículos muestran un índice de masa corporal medio (IMC) mayor que un grupo comparable de edad equivalente.

Contaminantes ambientales

Se han relacionado varias sustancias tóxicas en el desarrollo del cáncer de testículo como los organoclorados, bifenilos policlorados, cloruros de polivinilo, ftalatos, marihuana y tabaco.

Criptorquidia (testículo no descendido a la bolsa escrotal):

El riesgo de cáncer de testículo es mayor en aquellas personas con criptorquidia que en la población general. Hace años se creía que la ventaja que ofrecía intervenir un testículo criptórquido era poder realizar una exploración del mismo al estar accesible en la bolsa escrotal tras la intervención.

Sin embargo, hay estudios que han observado un descenso del riesgo de padecer un cáncer de testículo cuando se ha intervenido, siendo menor el riesgo si la intervención se ha producido antes de los 13 años, pasando de un riesgo cinco veces mayor sin la intervención antes de los 13 años, a un riesgo del doble respecto a la población sin criptorquidia.

Algunos autores no contemplan que exista un mayor riesgo de cáncer en el testículo contralateral normalmente descendido. El riesgo de cáncer en el testículo criptórquido es de 2,5 a 8 veces más frecuente que en la población general. En los pacientes en los que la intervención para el descenso testicular se realiza antes de los 12 años el riesgo de 2 a 3 veces mayor, si se interviene después de esa edad el riesgo es de 2 a 6 veces mayor que lo observado entre los intervenidos antes de esa edad.

Factores de riesgo en la pubertad:

Se ha encontrado que realizar deporte competitivo, mantener menor peso, actividades de jardinería (todas conllevan realizar una actividad física) disminuye el riesgo de padecer un cáncer de testículo si se realizan durante la pubertad.

Microcalcificaciones testiculares

Son hallazgos ecográficos que se caracterizan por pequeños focos ecogénicos en el parénquima (tejido) testicular. Estas microcalcificaciones o microlitiasis se pueden observar en un 5 % de los varones con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años.

Hay autores que no encuentran una relación entre la existencia de microlitiasis y cáncer de testículo. Aunque pueden observarse en pacientes con cáncer de testículo hasta en un 50 % de los tumores germinales , en un estudio prospectivo con un seguimiento a 5 años encuentra que la mayoría de los pacientes con microcalcificaciones no desarrollan un cáncer de testículo (98,4 %), por lo que no recomiendan un programa de cribado, si bien la autoexploración puede ser recomendada . Si coexisten factores de riesgo como antecedentes personales de cáncer testicular, atrofia testicular, infertilidad o criptorquidia), se debe consultar con un especialista.

Factores genéticos

Parece que existen factores genéticos implicados en el cáncer de testículo, aunque menos del 5% de los casos presentan algún componente hereditario. El isocromosoma del brazo corto del cromosoma 12 (12p) , parece intervenir en que estas células sean agresivas y provoque un cáncer testicular invasivo. También se han descrito ciertos polimorfismos. Por otra parte, síndromes con participación genética como el síndrome de Down y el síndrome de disgenesia testicular, también incrementan el riesgo.

Sustancias químicas con efectos estrogénicos

Se han implicado múltiples sustancias, si bien no hay evidencia firme sobre su papel en el desarrollo de los tumores testiculares.

Antecedentes personales de cáncer de testículo

Se considera un factor de riesgo para desarrollar un cáncer de testículo el haber padecido cáncer en el otro testículo. Se encuentra neoplasia intraepitelial testicular en el testículo no afectado en un 5 % de los casos.

Antecedentes familiares

La presencia de antecedentes familiares también incrementa el riesgo. Así, se estima que tener un hermano con cáncer de testículo aumenta el riesgo en 8 a 10 veces y si es el padre el afectado en 4 a 6 veces.

Disgenesia gonadal

Se ha encontrado una mayor incidencia de tumores de células germinales en pacientes con disgenesia gonadal. Esta patología se asocia con una anomalía cromosómica. Existen hipótesis que sugieren que la mayor incidencia de tumores de células germinales involucra a todo o parte del cromosoma Y o a otros genes diferentes.

Síndrome de Klinefleter

Es un síndrome genético caracterizado por un cromosoma X extra, siendo estas personas XXY. Parece que se puede relacionar con un mayor riesgo  de cáncer de testículo, pero no hay unanimidad sobre esta relación.