Cáncer de ovario

En España, en 2024 se diagnosticaron 3.582 nuevos casos de cáncer de ovario en mujeres, según datos del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer. Es el 10º tipo de cáncer en incidencia en la población femenina en nuestro país. Aunque no es un tumor de los más frecuentes, se le considera agresivo, por la dificultad de diagnosticarlo en fase precoz (estadio I), que es cuando la supervivencia a 5 años es más alta (aproximadamente del 90%). El cáncer de ovario es una enfermedad más frecuente en las mujeres postmenopáusicas, con la máxima incidencia entre los 50 y 75 años (la media está alrededor de los 63 años). 

El cáncer de ovario es una enfermedad heterogénea que se origina en los diferentes tejidos que conforman los ovarios. Existen 3 tipos de cáncer de ovario: carcinoma epitelial, tumores de células germinales, tumores del estroma.

1.    Carcinoma epitelial

  • Es el más común, representando aproximadamente el 90% de los casos.
  • Se origina en las células que recubren la superficie del ovario.
  • A su vez tiene varios subtipos. El más frecuente es el seroso de alto grado y es del que hablaremos extensamente en este capítulo.

2.    Tumores de células germinales

  • Se desarrollan en las células que producen los óvulos.
  • Son más frecuentes en mujeres jóvenes y adolescentes.

3.    Tumores del estroma

  • Se originan en las células que producen las hormonas en el ovario.

Los principales factores de riesgo del cáncer de ovario conocidos e implicados en este tipo de tumores son en su mayor parte no modificables: la edad, los antecedentes familiares, algunos síndromes hereditarios (aproximadamente un 10%), o factores relacionados con los estados hormonales de la mujer. 

En la actualidad no existen medidas de prevención que hayan demostrado ser eficaces para evitar el desarrollo de la enfermedad y tampoco existen pruebas que permitan la detección precoz del tumor, aunque se está investigando constantemente para poder identificarlo y diagnosticarlo en fases iniciales, lo que permitiría un tratamiento más eficaz.

Por su localización en el interior de la pelvis, este cáncer es capaz de crecer sin casi producir síntomas. Además, suele manifestarse con síntomas muy generales e inespecíficos (distensión abdominal, dolores o molestias, la zona, inapetencia…). Estos son compatibles con procesos habitualmente banales y pasajeros, lo que dificulta su diagnóstico en etapas tempranas. 

El tratamiento del cáncer de ovario requiere de una valoración por parte de una unidad multidisciplinar experta y con experiencia. Tras identificar las características celulares y moleculares del tumor, hay que estudiar de forma muy precisa el estadio y fase de diseminación de la enfermedad, para adecuar la estrategia terapéutica para cada paciente.

La cirugía es un pilar fundamental del tratamiento y siempre debe ser realizada por un equipo especializado de ginecólogos oncólogos. En la mayoría de casos se precisa la combinación de cirugía con quimioterapia y terapias dirigidas como tratamiento complementario. 

A pesar del tratamiento, es frecuente, sobre todo en casos de enfermedad avanzada, la aparición de recidivas; que deben de nuevo ser valoradas para adecuar nuevas propuestas terapéuticas (cirugía, quimioterapia u otras).

La investigación es fundamental para intentar encontrar mejoras no solo terapéuticas, sino de diagnóstico precoz, y así poder aplicar tratamientos más eficaces que sirvan para mejorar el pronóstico, y cantidad y calidad de vida de las pacientes. 

La información ofrecida en este sitio no sustituye a la consulta médica, sino que pretende ser un complemento o aclaración sobre lo relacionado con el cáncer de ovario.