Diagnóstico del cáncer de pulmón

El primer paso para el diagnóstico de cáncer de pulmón es realizar al paciente la historia clínica. 

Diagnóstico precoz del cáncer de pulmón

En el momento actual, aunque existen estudios que demuestran la utilidad del TAC de bajas dosis en población de riesgo en la disminución de la mortalidad por cáncer de pulmón, no existe acuerdo sobre la manera de implementar correctamente este cribado.

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¿Cómo se diagnostica el cáncer de pulmón? 

Para diagnosticar el cáncer de pulmón es imprescindible valorar los síntomas por los que el paciente acude a la consulta e investigar si es o no fumador, el tipo de trabajo que realiza, los antecedentes familiares de la enfermedad y los antecedentes personales de otros tumores; es decir, conocer su historia clínica. 
El segundo paso es la realización de la exploración física del paciente, buscando signos y síntomas que puedan corresponder a la enfermedad.

Pruebas para detectar el cáncer de pulmón

Con la información anterior, el médico valora la necesidad de completar el estudio con una serie de pruebas. Las más habituales son las siguientes:

Análisis de sangre y orina

Son las primeras pruebas que se realizan. Con ellas se busca conocer el estado general del paciente. Si tiene o no alteraciones de la función renal o hepática.

Radiografía de tórax 

La aparición de nódulos o “manchas” en el pulmón, cambios en el mediastino, o derrames pleurales (acúmulo de líquido en la pleura) son algunos signos sugestivos de la enfermedad.

Citología de esputo

Consiste en analizar en el microscopio el tipo de células que existen en el esputo del paciente. 

Broncoscopia o fibrobroncoscopia 

Se utiliza para examinar la tráquea y los bronquios directamente desde el interior de los mismos. Se realiza mediante la introducción de un tubo flexible llamado broncoscopio en las vías respiratorias. El interior del tubo contiene fibra óptica que permite a los especialistas visualizar todo el recorrido desde un monitor de televisión. Tiene además un mecanismo que permite tomar muestras de las lesiones sospechosas, para posteriormente analizarlas en el microscopio. En otras ocasiones, cuando las lesiones no son visibles, a través del broncoscopio se introducen líquidos para lavar la zona y una vez aspirados se analizan en el microscopio las células que contienen.

Para la realización de esta prueba el paciente debe estar en ayunas. El neumólogo (médico especialista en pulmón), antes de introducir el broncoscopio debe anestesiar la zona de la garganta, laringe, tráquea y bronquios. 

La broncoscopia también aporta información sobre el lugar donde asienta el tumor y las estructuras que afecta.

Broncoscopia para diagnosticar el cancer de pulmon

 

Punción con aguja fina

Consiste en obtener células de la lesión mediante la realización de una punción torácica con aguja fina, generalmente bajo control de una tomografía computerizada (TC). Esta técnica se utiliza cuando el tumor se halla en una zona periférica del tórax a la que es difícil acceder mediante la broncoscopia. 

 

¿Qué más pruebas se pueden hacer para diagnosticar el cáncer de pulmón? 

Una vez que se ha diagnosticado la lesión en el pulmón, es preciso determinar la extensión tanto local como a distancia de la enfermedad. Para ello, el médico solicitará una serie de pruebas que completen el estudio:

Escáner o TC (Tomografía Computerizada)

El escáner es una prueba en la se realiza una toma de imágenes  de estructuras anatómicas del paciente desde varios ángulos.

Se trata de una prueba indolora, que se realiza en 20- 30 minutos, tiempo en el que es necesario que el paciente permanezca inmóvil sobre la camilla del escáner. En el cáncer de pulmón se realiza a nivel torácico, abdominal y/o craneal.

  • TC Torácico: tiene la ventaja de detectar alteraciones no visibles en la radiografía de tórax y aportar información sobre la situación del mediastino (afectación de ganglios), invasión de la pared torácica o existencia de derrames pleurales.
  • TC Abdominal: se realiza para estudiar la extensión de la enfermedad a órganos como hígado o glándulas suprarrenales.
  • TC Craneal: se utiliza para determinar la existencia de posibles metástasis cerebrales.

Gammagrafía ósea 

Es una prueba utilizada para valorar la existencia o no de metástasis óseas, es decir la afectación del hueso por células tumorales. Consiste en la inyección intravenosa de una sustancia radioactiva (isótopo) que se fija en el hueso. Las zonas de hueso que tienen afectación tumoral captan más cantidad de isótopos y se visualizan como zonas más oscuras.

Tomografía por emisión de positrones (PET)

Es una técnica capaz de detectar lesiones no visibles por otros medios. Consiste en introducir un isótopo con glucosa (tipo de azúcar) que es captado con mayor avidez por las células tumorales que por las células normales, por lo que las lesiones tumorales aparecen como zonas más marcadas.