Diagnóstico del cáncer de riñón

En la actualidad no hay campañas de detección precoz o cribado del cáncer renal dirigidas a la población general, si bien, dada la gran cantidad de ecografías abdominales/urológicas que se hacen de rutina, se diagnostican casos de cáncer renal en estados precoces. El 60% de los cánceres renales se diagnostican incidentalmente en exploraciones por otras causas.

Podría estar justificada la realización de pruebas diagnósticas en personas con alto riesgo por la presencia de síndromes hereditarios. Así, los pacientes con un familiar de primer grado diagnosticado de cáncer renal antes de los 40 años, o los que presentan cáncer renal bilateral o multifocal en un mismo riñón pueden tener un componente hereditario. En estos casos se recomiendan pruebas específicas para realizar un diagnóstico precoz.

La exploración física no aporta muchos datos en el diagnóstico del cáncer renal inicial, salvo que exista una masa de tamaño tan importante que se pueda apreciar en la palpación del abdomen.

Los datos analíticos que se pueden emplear son: creatinina sérica, tasa de filtración glomerular (TFG), hemograma completo, la velocidad de sedimentación globular, estudio de la función hepática, la fosfatasa alcalina, lactato deshidrogenasa (LDH), calcio sérico corregido, el estudio de coagulación y el análisis de orina.

La citología urinaria o la endoscopia tendrían un papel en caso de duda con tumores uroteliales.

 

Diagnóstico por la imagen

Ecografía: Sirve fundamentalmente para distinguir masas sólidas de masas líquidas (quistes). La mayoría de los cánceres renales hoy en día se diagnostican durante la realización de ecografías o escáneres (TAC) realizadas por otros motivos, siendo entonces un hallazgo incidental. También puede ser de ayuda en la realización de biopsias.

TAC: Aporta información sobre función del riñón no afectado, extensión del tumor, afectación de la vena renal, adenopatías locorregionales, estudio de las glándulas suprarrenales y de otros órganos sólidos. El realce de la masa a estudio tras la inyección de contraste es un indicio de malignidad. Dado que se inyecta un contraste radiológico para su realización habitualmente, puede dañar los riñones, por lo que hay que asegurar una buena función renal mediante la determinación de la creatinina en sangre. También puede emplearse como guía para las biopsias.

AngioTAC: Se realiza cuando es necesario conocer detalladamente el aporte vascular renal (por ejemplo, para planificar la intervención quirúrgica). Está sustituyendo a la angiografía convencional.

Resonancia Magnética Nuclear (RMN): Aporta mejores imágenes en el caso de trombo en cava. También está indicada en embarazadas, en alérgicos al contraste radiológico o en pacientes con insuficiencia renal.

Renograma isotópico: Útil para pacientes con insuficiencia renal para planificar el tratamiento.

PET (Tomografía por Emisión de Positrones): Tiene una baja sensibilidad y especificidad para la detección del cáncer renal. 
 

Estudio de extensión

Se realiza TAC torácico para descartar metástasis pulmonares, ya que la radiografía de tórax tiene un menor rendimiento diagnóstico.

Si hay sospecha de metástasis óseas se utilizará la gammagrafía ósea y para metástasis cerebrales, el TAC o RMN craneal. Se está comenzando a utilizar la imagen potenciada en difusión en resonancia magnética (DWI-RM) de cuerpo entero para la detección de metástasis óseas.

 

Biopsia renal

Puede tener un papel en masas indeterminadas cuando se contemple la realización de otras técnicas.

Puede establecerse un grado de diferenciación celular en función del parecido de las células del tumor a las normales (grado de Fuhrman), del I al IV, siendo este último el menos diferenciado y con posibilidades de progresión más rápida; y el I, el que presenta mejor pronóstico.

 

Estudios genéticos y biomoleculares

El diagnóstico hoy en día no sólo incluye aspectos morfológicos del tumor, sino aspectos biomoleculares. Como ejemplo, los tumores renales epiteliales definidos molecularmente incluyen: carcinoma medular renal con deficiencia de SMARCB1, cáncer de células renales reordenado con TFEB, el reordenado con ALK y el cáncer renal con mutación de elongina C (ELOC).

 

Clasificación en estadios

Aunque la clasificación TNM, no es la única, es una de las más utilizadas.

La T hace referencia al tamaño del tumor y la extensión local:

  • T0: No evidencia de tumor primario.
  • T1: Tumor < 7 cm o menos en su mayor dimensión, limitado al riñón.
  • T2: Tumor > 7 cm en su mayor dimensión, limitado al riñón.
  • T3: El tumor se extiende a las venas principales o a los tejidos perinéfricos o de alrededor del riñón, pero no a la glándula suprarrenal ipsilateral o del mismo lado, ni más allá de la fascia de Gerota que recubre al riñón (ver anatomía).
  • T4: El tumor invade más allá de la fascia de Gerota (incluida la extensión contigua a la glándula suprarrenal ipsilateral).

La N hace referencia a los ganglios linfáticos regionales: 

  • Nx: Los ganglios linfáticos regionales o más cercanos no se pueden evaluar.
  • N0: Sin metástasis en ganglios linfáticos regionales.
  • N1: Metástasis en ganglio(s) linfático(s) regional(es).

La M hace referencia a la existencia o no de metástasis a distancia:

  • M0: Sin metástasis a distancia.
  • M1: Con metástasis a distancia. 

Estos datos se agrupan en estadios/etapas del I al IV (siendo IV el más avanzado):

  • Estadios I: tumor < 7 cm, y II, tumor > 7 cm, en ambos casos el tumor está limitado al riñón.
  • Estadio III: el tumor invade la grasa que rodea al riñón (perirrenal) o los vasos sanguíneos principales del riñón y puede invadir los ganglios linfáticos regionales.
  • Estadio IV: el cáncer se ha extendido fuera de la fascia de Gerota, a la glándula suprarrenal del mismo lado o a ganglios a distancia u otros órganos (metástasis a distancia).

En pacientes con cáncer renal, el estadio TNM, el tamaño del tumor, grado y subtipo son características importantes a tener en cuenta para el pronóstico. Existen diversas clasificaciones en las que se tienen en cuenta distintos datos para establecer grupos de riesgo bajo, intermedio o alto.