Tratamiento del cáncer de vagina
El tratamiento del cáncer de vagina depende del estadio en que se diagnostica el tumor, y como ocurre en la mayoría de los tumores ginecológicos requiere un tratamiento multidisciplinar.
Cirugía del cáncer de vagina
Cuando los canceres de vagina se diagnostican en fases muy iniciales, la cirugía puede ser un tratamiento exclusivo curativo
Para el tratamiento del cáncer de vagina se utilizan los siguientes tipos de cirugía:
- Escisión local amplia: Se extirpa el tumor y parte del tejido normal que lo rodea.
- Vaginectomía: Se extirpa toda la vagina o una parte de esta.
- Histerectomía. Se extirpa el útero mediante cirugía junto con otros órganos o tejidos o sin estos. En una histerectomía total, se extirpan el útero y el cuello uterino. En una histerectomía total con salpingooforectomía, hay dos opciones: a) unilateral, por la que se extirpan el útero, uno de los ovarios y una de las trompas de Falopio; b) bilateral, por la que se extirpan el útero, ambos ovarios y ambas trompas de Falopio.
En una histerectomía radical, se extirpan el útero, el cuello uterino, ambos ovarios, ambas trompas de Falopio y el tejido cercano. Estos procedimientos se realizan mediante una incisión transversal baja o una incisión vertical.
- Disección de ganglio linfático: cirugía para extirpar ganglios linfáticos; luego se observa una muestra de tejido al microscopio para determinar si hay signos de cáncer. Este procedimiento también se llama linfadenectomía. Si el cáncer está en la región superior de la vagina, es posible que se extirpen los ganglios linfáticos de la pelvis. Si el cáncer está en la parte inferior de la vagina, es posible que se extirpen los ganglios linfáticos de la ingle.
- Exenteración pélvica: cirugía para extirpar la parte inferior del colon, el recto, la vejiga, el cuello uterino, la vagina y los ovarios. También se extirpan los ganglios linfáticos cercanos. Se hacen aberturas artificiales (estomas) para que la orina y la materia fecal pasen del cuerpo a una bolsa recolectora (urostomía y colostomía).
Una vez que el médico extirpa todo el cáncer visible en el momento de la cirugía, es posible que algunas pacientes reciban radioterapia después de la cirugía para destruir cualquier célula cancerosa que quede. El tratamiento que se administra después de la cirugía para disminuir el riesgo de que el cáncer vuelva se llama terapia adyuvante.
Riesgos y efectos secundarios de la cirugía
Los efectos secundarios más frecuentes tras la cirugía son dolor en la zona de la cirugía y cansancio. Ocasionalmente puede acompañarse de náuseas y vómitos, generalmente producido por efecto de la anestesia, por eso es preciso que en las primeras horas tras la intervención la paciente esté en dieta absoluta. Posteriormente se irá probando tolerancia con dietas líquidas y poco a poco se vuelve a los alimentos sólidos.
Cuando se realiza una histerectomía se extirpan los ovarios, y si la mujer es premenopáusica (esto es poco frecuente en el cáncer de vagina), se produce una menopausia temprana, ya que se reduce sustancialmente el nivel de hormonas sexuales femeninas. Es probable que, en pocas semanas se produzcan síntomas derivados de la menopausia como: sofocos, sequedad vaginal, insomnio y con el tiempo puede incrementarse el riesgo de osteoporosis.
Radioterapia
La radioterapia usa rayos X de alta energía para matar las células cancerosas. Con frecuencia se añade tras la cirugía para disminuir las posibilidades de que la enfermedad pueda reaparecer en la zona de la intervención y, en casos más avanzados se emplea como tratamiento radical en combinación con quimioterapia (radioquimioterapia).
Con la radioterapia es posible tratar toda la enfermedad que está en la pelvis, incluyendo el tumor primario y los ganglios linfáticos, en el curso del mismo tratamiento.
Además, la radioterapia puede administrarse como un tratamiento paliativo con la intención de aliviar el dolor o los síntomas y mejorar la calidad de vida de la paciente, en caso de enfermedad más avanzada.
La radioterapia para el cáncer de vagina puede proceder de una fuente externa (conocida como radiación externa y se administra con un acelerador lineal o LINAC) o de una fuente interna (conocida como braquiterapia).
- Radioterapia externa: La radioterapia externa es un tratamiento que en cáncer de vagina se administra de forma ambulatoria durante 5 días a la semana por un total de 5 semanas aproximadamente. La administración del tratamiento de radioterapia dura unos pocos minutos, y no es doloroso. Para todos los cánceres mayores de etapa IB, la radioterapia externa generalmente se combina con quimioterapia (quimiorradiación concurrente) y posteriormente se realiza braquiterapia.
En la actualidad existen técnicas de tratamiento con radioterapia externa muy sofisticadas que permiten administrar altas dosis de radiación sobre la zona de tratamiento minimizando la dosis de radiación sobre los órganos sanos que rodean el tumor. Dichas técnicas son la IMRT (radioterapia de intensidad modulada) y VMAT (Arcoterapia volumétrica), generalmente estas técnicas son guiadas por imagen (IGRT) que permiten incrementar la precisión del tratamiento y reducir los efectos secundarios de la radiación sobre órganos sanos próximos como el recto y la vejiga. - Braquiterapia: La braquiterapia (también llamada radioterapia interna) permite incrementar la dosis de radiación en el tumor evitando dosis elevadas de radiación en los órganos sanos de alrededor ( recto y vejiga), aumentando la probabilidad de respuesta completa al tratamiento y por tanto mejorando la supervivencia.
La fuente de radiación se coloca próxima al tumor en un dispositivo que se sitúa en la vagina y en el cuello del útero (tándem). Hay dos tipos de braquiterapia:- Braquiterapia con baja tasa de dosis (LDR), actualmente se emplea muy poco ya que requiere varios días de ingreso y aislamiento para su administración.
- Braquiterapia con alta tasa de dosis (HDR), se administran varias sesiones de tratamiento de unos minutos de duración cada una de ellas (habitualmente 4 sesiones) durante varios tratamientos. En función del protocolo de cada centro, las sesiones pueden ser ambulatorias o precisar de ingreso hospitalario.
Efectos secundarios de la radioterapia
El tratamiento de radioterapia para cáncer de vagina suele administrarse asociado a quimioterapia, por lo que es frecuente que aparezcan síntomas como cansancio, diarrea o náuseas con mayor frecuencia e intensidad que si se administrara el tratamiento de radioterapia exclusiva.
Otros efectos secundarios que pueden aparecer son:
- Epitelitis o alteraciones en la piel: con las técnicas modernas de radiación como la IMRT o VMAT los cambios en la piel como el eritema (enrojecimiento) o la descamación son muy poco frecuentes.
- Cistitis: los síntomas de la cistitis o irritación de la vejiga suelen ser deseos frecuentes y urgencia al orinar, que generalmente se acompaña de molestias. Muy rara vez puede aparecer hematuria (sangre en la orina). Al igual que las alteraciones en la piel, las técnicas modernas de radioterapia permiten reducir las dosis que reciben los órganos sanos de alrededor del tumor, por lo que cada vez son menos frecuentes.
- Molestias vaginales: la radioterapia suele causar inflamación en la mucosa de la vagina, lo que puede causar molestias y mayor sensibilidad.
- Alteraciones menstruales: el tratamiento del cáncer de vagina con radioterapia en mujeres premenopáusicas suele provocar menopausia temprana, ya que los ovarios son muy sensibles a la radiación.
En general, todos estos efectos secundarios desaparecen unas semanas después de finalizar el tratamiento.
Los efectos secundarios más frecuentes a largo plazo de la radioterapia para el cáncer de vagina suelen ser la sequedad vaginal y la estenosis vaginal (estrechez). Semanas o meses después de finalizar la radioterapia se produce un tejido cicatricial y fibroso en las paredes de la vagina por lo que pierden elasticidad y se produce dolor durante las relaciones sexuales.
Durante el tratamiento, tanto enfermería como el oncólogo radioterápico harán seguimiento de los efectos secundarios que puedan aparecer. Es importante que el paciente pregunte todas las dudas acerca de cómo prevenirlos o mejorar los síntomas que provocan.
La sequedad vaginal mejora empleando estrógenos localmente en forma de geles o cremas. Se introducen vaginalmente y las hormonas son absorbidas en la mucosa vaginal. Para evitar el estrechamiento de la vagina se recomienda que después del tratamiento con radioterapia externa y/o con braquiterapia se empleen dilatadores vaginales varias veces a la semana, siguiendo las recomendaciones de su médico.
Quimioterapia
La mayoría de los medicamentos de quimioterapia para el cáncer de vagina se administran por vía intravenosa (IV).
En ocasiones se utiliza la administración concomitante (a la vez) de esquemas que incluyen el agente quimioterapéutico cisplatino con radioterapia.
La quimioterapia también se utiliza como tratamiento paliativo en la enfermedad diseminada.
Efectos secundarios de la quimioterapia
Muchos efectos secundarios provocados por la quimioterapia para el cáncer de vagina son a corto plazo y desaparecen pocas semanas después de finalizar el tratamiento como cansancio, náuseas, diarrea, úlceras en la boca y caída de cabello.
Es frecuente que la quimioterapia provoque daño en la médula ósea, encargada de producir y general las células de la sangre por lo que puede reducirse los niveles de leucocitos (aumenta la probabilidad de infecciones), de hematíes (aparece anemia) o plaquetas (mayor riesgo de sangrado).
Otros efectos secundarios que puede provocar la quimioterapia son:
- Neuropatía periférica: el daño de los nervios periféricos puede provocar adormecimiento de pies y manos, dolor, hormigueos y mayor sensibilidad al frío o al calor. En general estos síntomas desaparecen en semanas o meses.
- Toxicidad renal o nefrotoxicidad: suele ser asintomática, aunque se observan alteraciones de la urea y creatinina en el análisis de sangre. El causante de este daño es el cisplatino y en general es reversible cuando se suspende el tratamiento o se cambia por otro fármaco.
Tanto enfermería como el equipo médico conocen los posibles efectos secundarios de la quimioterapia, por lo que suelen administrarse medicamentos para prevenirlos o tratarlos, de tal forma que la calidad de vida del paciente no empeore durante el tratamiento.
Este contenido ha sido revisado en septiembre de 2025 por la Ana Santaballa Bertrán, jefa de la sección de Cáncer de Mama y Tumores ginecológicos del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia.