Síntomas del cáncer de vulva
El 80% de las pacientes consultan por prurito o picor de larga evolución, siendo menos frecuente la consulta por la presencia de una masa o sangrado genital.
Si la afectación está próxima a la uretra o al clítoris puede ocasionar dolor.
En los casos más avanzados puede debutar con una masa inguinal
Estos síntomas también pueden ser debidos a enfermedades benignas. Sin embargo, si aprecias cualquiera de ellos es importante que acudas al ginecólogo para el diagnóstico y tratamiento de su causa.
Antes de asumir que tienes una enfermedad grave, espera a conocer el resultado de las pruebas.
Cómo se diagnostica el cáncer de vulva
1. Exploración física y ginecológica detallada con visualización de toda la superficie vulvar, la vagina, el cérvix y las estructuras cercanas (ano y uretra) junto a un tacto rectal y vaginal. Además, hay que explorar tanto las áreas ganglionares inguinales como las supraclaviculares.
2. Biopsia vulvar. El diagnóstico de certeza de cáncer de vulva es histológico por ello se necesitará tomar una muestra de cualquier lesión sospechosa que aparezca en la vulva. Para realizarla se usa una pinza sacabocados previa a la infiltración con un anestésico local.
Para determinar la extensión de la enfermedad fuera de la vulva se utilizarán pruebas de imagen como el TAC, la RNM o el PET -TAC
Escáner o TC (Tomografía computarizada):
El escáner es un aparato de rayos X que realiza radiografías del paciente desde varios ángulos. Estas imágenes son combinadas y procesadas en un ordenador para dar lugar a imágenes en las que se visualizan de forma muy precisa todos los órganos. Esta prueba resulta muy útil para conocer la extensión del tumor a órganos vecinos y la afectación o no de los ganglios linfáticos, sobre todo cuando se emplea contraste intravenoso. Además, el escáner permite conocer la extensión a órganos más alejados como pueden ser el pulmón o el hígado. Esta prueba dura unos minutos. No te ocasionará ningún tipo de dolor y, para no distorsionar las imágenes, es necesario que permanezcas inmóvil sobre la camilla del escáner mientras se realizan la toma de imágenes.
Resonancia magnética nuclear (RMN):
Es una prueba muy similar al escáner, pero no se emplean rayos X, sino campos magnéticos. Durante su realización la paciente permanece tumbada en la camilla. Ésta se introduce en un tubo largo, que en pacientes más sensibles pueden producir una sensación de claustrofobia. Es normal que durante su realización se produzca ruido que puede resultar molesto. Es importante que la mujer se relaje, ya que, aunque pueda ser una prueba incómoda no es en absoluto dolorosa. Su duración es de aproximadamente 30 minutos.
Tomografía por emisión de positrones (PET):
Esta prueba emplea glucosa (una forma de azúcar) marcada con átomo radiactivo como contraste. Las células tumorales absorben grandes cantidades de azúcares radiactivos y una cámara especial puede detectar dicha radiactividad. Este estudio puede ayudar a ver si el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos a otras zonas del organismo, ya que permite explorar todo el cuerpo. A menudo, los estudios de la PET se combinan con los estudios de la CT usando una máquina que puede hacer ambas al mismo tiempo.
Es importante resaltar que no todas las pacientes van a precisar de todas estas pruebas, y su médico responsable adecuará las pruebas solicitadas a la situación de cada paciente. En conjunto, las pruebas realizadas permitirán conocer el tamaño del tumor, el grado de invasión en los tejidos de alrededor y su propagación a ganglios u otros órganos (metástasis), con la finalidad de determinar el estadio en el que se encuentra, tomar así las mejores decisiones clínicas y obtener información acerca del pronóstico de la enfermedad.
Estadificación del cáncer de vulva
Estadio I:
El cáncer está limitado a la vulva o perineo y no ha invadido tejidos profundos ni ganglios linfáticos.
IA:
Tumor ≤2 cm, sin infiltración en tejidos profundos ni ganglios.
IB:
Tumor >2 cm, sin infiltración en tejidos profundos ni ganglios.
Estadio II:
El cáncer se ha extendido a estructuras cercanas, como la vagina o el ano, pero sin invadir tejidos profundos ni ganglios afectados.
Estadio III:
El cáncer ha invadido ganglios linfáticos en la pelvis o inguinales, con o sin extensión local, pero sin metástasis a distancia.
Estadio IV:
El cáncer es más avanzado y puede haber invadido órganos cercanos o estructuras profundas, o haber metastatizado a distancia.
IVA:
Invade órganos cercanos como la uretra, vejiga, recto o huesos.
IVB:
Hay metástasis a distancia, como en pulmones o hígado.
Este contenido ha sido revisado en noviembre de 2025 por la Ana Santaballa Bertrán, jefa de la sección de Cáncer de Mama y Tumores ginecológicos del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia.