¿Cómo se diagnostica el cáncer de estómago?
El diagnóstico del cáncer gástrico se basa en la historia clínica, la exploración física, analíticas de sangre, las pruebas de imagen, la endoscopia digestiva alta (gastroscopia) con o sin ecografía endoscópica y el estudio anatomopatológico.
1. Historia clínica y exploración física
Aportan información sobre los antecedentes familiares y personales, los síntomas y la situación general del paciente.
2. Análisis (bioquímica y hemograma)
El hemograma permite detectar si existe anemia mientras que la bioquímica sanguínea orienta sobre la función de órganos como el hígado o el riñón.
3. Endoscopia digestiva alta
La endoscopia consiste en la introducción de un aparato (gastroscopio) que tiene una luz al final y que permite visualizar el interior del esófago y el estómago. Tiene una pinza en su extremo interno con la que se toman biopsias de las lesiones sospechosas. En ocasiones, la gastroscopia se combina con una ecografía endoscópica (ecoendoscopia).
4. Pruebas de imagen
Incluyen las exploraciones radiológicas y las de Medicina Nuclear.
La prueba radiológica principal es la tomografía computarizada (también conocida como CT, TAC o escáner) que aporta información sobre el tumor tanto a nivel local (estómago) como de otras zonas de cuerpo (pulmón, hígado, ganglios, etc.). Es muy útil para determinar si existen o no metástasis a distancia y a veces se utiliza también para tomar biopsias guiadas.
Otras exploraciones radiológicas que pueden estar indicadas son la radiografía simple de tórax y/o abdomen, el estudio esofagogástrico-duodenal (EGD), la ecografía abdominal/pélvica y la resonancia magnética nuclear (RM).
El estudio esófago-gastro-duodenal consiste en la administración de un contraste de bario en forma de papilla y después se realiza una serie de radiografías. Esta papilla “dibuja” el interior del esófago, estómago y duodeno, y permite detectar lesiones, siempre que tengan un tamaño suficiente.
La Resonancia Magnética Nuclear (RM o RMN) es una técnica diferente al TAC, que suele indicarse cuando existen hallazgos en el TAC que precisan exploraciones complementarias.
En cuanto a las pruebas de imagen de Medicina Nuclear, las dos más destacadas son:
- La tomografía de emisión de positrones (PET): Mide la actividad metabólica de los tejidos y de los tumores, aunque no todos los cánceres de estómago son metabólicamente activos en el PET.
- La gammagrafía ósea: Sirve para estudiar si el cáncer se ha extendido a los huesos.
5. Otras exploraciones
Existen otras exploraciones complementarias que, a veces, se utilizan para completar el diagnóstico, como la laparoscopia. La laparoscopia es una técnica que consiste en introducir una cámara en la cavidad abdominal, a través de unos orificios que hace el cirujano en la pared abdominal, para comprobar si el tumor se ha extendido más allá del estómago a la cavidad abdominal a una región conocida como peritoneo. Mediante esta técnica se accede a esta región de la cavidad abdominal y se realiza un lavado a través del cual se extraen células (citología) para su análisis aportando información tanto diagnóstica como pronóstica. La decisión de su realización viene de la mano del comité multidisciplinar.
6. Estudio de anatomía patológica
El estudio histológico de la biopsia o de la pieza quirúrgica sirve para confirmar el diagnóstico de cáncer gástrico, analizar sus características y determinar su perfil molecular: determinación de HER2, presencia de deficiencia de proteínas reparadoras o inestabilidad de microsatélites (dMMR/IMS), y establecer la expresión de PD-L1.
Más del 90% de los cánceres gástricos son adenocarcinomas. Son cánceres que surgen por el crecimiento descontrolado de las células de las glándulas de la mucosa. Al observarlo al microscopio, cuando se reconoce la estructura glandular se denomina bien diferenciado y cuando el tumor ha perdido esta “arquitectura” glandular, se denomina indiferenciado. Atendiendo a esta característica, los dos grandes subtipos de cáncer gástrico son el intestinal (bien diferenciado) y el difuso (indiferenciado).
Los linfomas, los sarcomas, los tumores del estroma gastrointestinal (GIST), los tumores neuroendocrinos y los melanomas son menos frecuentes. Se trata de enfermedades distintas al adenocarcinoma gástrico y, por esa razón, su diagnóstico y tratamiento son diferentes.
Clasificación en estadios
Para entender la gravedad del cáncer gástrico y planificar el mejor tratamiento posible, que ayude a mejorar las probabilidades de supervivencia, es de utilidad establecer una clasificación que nos diga lo avanzado de la enfermedad.
En este sentido, la clasificación más usada es la denominada TNM. En esta clasificación la T se refiere al tamaño del tumor o la invasión en profundidad de las capas de tejido en origen. N, es la ausencia o presencia de metástasis ganglionares y M es la ausencia o presencia de metástasis a distancia.
En el adenocarcinoma gástrico la clasificación TNM, sería, en la T, desde invasión de lámina propia, muscular de la mucosa o submucosa (T1) hasta invasión de estructuras vecinas (T4).
- En categoría N:N0: No hay ganglios linfáticos infiltrados.
- N1: Hay de 1- 2 ganglios linfáticos regionales infiltrados por tumor.
- N2: Afectación de 3-6 ganglios linfáticos regionales.
- N3 : Afectación de 7 o más ganglios linfáticos regionales.
- M0: Ausencia de metástasis a distancia.
- M1: Presencia de metástasis a distancia.
A partir de esta clasificación TNM podemos establecer lo que denominamos estadios, en donde de una forma sencilla podemos tener idea de la extensión y gravedad de la enfermedad. Así, establecemos los siguientes estadios:
- Estadio 0 o carcinoma in situ: Es la etapa más inicial del cáncer. Se localiza en la parte más superficial de la mucosa, y no infiltra las otras capas del estómago, no invade los ganglios regionales ni produce metástasis a distancia.
- Estadio I: El tumor invade la capa más profunda de la mucosa (lámina propia) o la submucosa sin afectación de ganglios linfáticos (estadio IA) o con afectación de 1 a 6 ganglios (IB), o invade la capa muscular o la subserosa sin afectación ganglionar (IB). No hay metástasis a distancia. Después del estadio 0, es el más favorable.
- Estadio II y Estadio III: Son etapas intermedias. El estadio II tiene mejor pronóstico que el III. Para establecer estos estadios, se tienen en consideración tanto el nivel de afectación de la pared gástrica como el número de ganglios afectados por el tumor.
- Estadio IV: Es la etapa más avanzada. Su pronóstico es el peor. Pueden existir metástasis a distancia en: hígado, pulmón, huesos, ovarios, ganglios alejados del estómago, etc.
La supervivencia de los pacientes con cáncer gástrico se relaciona con estos estadios, siendo > 95% en el estadio 0 y va descendiendo a medida que aumenta el estadio. El estadio IV es el de menor supervivencia.