Patología benigna del cáncer de mama
En la mama pueden localizarse un amplio abanico de enfermedades benignas que en ocasiones se presentan con síntomas parecidos a los del cáncer de mama (nódulo palpable, dolor o secreción por el pezón).
En más del 80% de las ocasiones en las que una mujer consulta a su médico por algún síntoma mamario, el diagnóstico corresponderá a patología benigna.
Pueden ser alteraciones de tipo funcional (cambios relacionados con el ciclo menstrual), inflamatorio o infeccioso; o pueden ser tumores benignos o lesiones proliferativas no malignas.
Las lesiones más habituales son los quistes y fibroadenomas. Otras enfermedades benignas frecuentes en la mama son papiloma intraductal, hiperplasia ductal, tumor Phyllodes benigno, necrosis grasa, etc.
Nódulo palpable
Los fibroadenomas y quistes en la mama son la causa más frecuente de masa palpable.
90% de los nódulos palpables en mujeres jóvenes se deben a patología benigna. No obstante, será siempre necesario una valoración médica para llegar al diagnóstico.
La mastopatía fibroquística que es una enfermedad benigna de la mama que se caracteriza por la presencia de múltiples quistes y fibrosis afecta aproximadamente al 60% de mujeres premenopáusicas y es también causa frecuente de nódulos en las mamas o dolor mamario.
Dolor mamario
El dolor mamario es un síntoma muy frecuente en las mujeres. Se estima que está presente en el 65% de las mujeres premenopáusicas en algún momento de su vida.
En ocasiones puede estar relacionado con el ciclo mentrual, habitualmente los días previos a la menstruación y se conoce como síndrome de tensión mamaria premenstrual. En estos casos suele ser leve o moderado, bilateral (en ambas mamas) y cíclico. Se debe a los cambios que presenta el tejido mamario por influencia de las hormonas femeninas.
Si el dolor es unilateral (una sola mama) y no cíclico, puede estar en relación con alteraciones en la pared torácica y con traumatismos previos.
Otra causa frecuente de dolor es la mastopatía fibroquística. Puede ser continuo y exacerbarse los días previos al ciclo menstrual o cíclico.
Sólo el 15% de las mujeres que se diagnostican de cáncer de mama refieren dolor como síntoma. Una masa o nódulo en la mama puede ocasionar dolor, pero no es la forma más frecuente de presentación de un cáncer de mama.
Para realizar un adecuado diagnóstico es necesario realizar una historia clínica completa y exploración física. En ella es importante valorar, además del dolor, la presencia de otros síntomas o signos como nódulos, enrojecimiento de la piel, calor local, estado del pezón o la presencia o no de secreción por el pezón.
Las mujeres con dolor mamario y edad inferior a 35 años, sin masa palpable y sin secreción por el pezón generalmente no necesitan la realización de estudios adicionales. Solamente las que tengan historia familiar de cáncer de mama o hallazgos en la exploración clínica pueden ser sometidas a exploraciones como la mamografía o la ecografía mamaria.
En las mujeres con edad superior a 35 años se puede evaluar la realización de mamografía, complementada o no con una ecografía mamaria.

Secreción por el pezón
La secreción por el pezón es frecuente en mujeres en edad reproductiva. En un 50-80% será algo puntual y relacionado con patología benigna.
La secreción de calostro y leche es normal durante el emabrazo y lactancia. La secreción de leche no relacionada con el embarazo y lactancia se denomina galactorrea.
La galactorrea suele estar favorecida por alteraciones en la prolactina, que es la hormona que fisiológicamente induce la producción y secreción de leche.
Esta hormona se puede alterar por algunos fármacos (ej. anticonceptivos, antidepresivos) y enfermedades raras de la hipófisis o del hipotálamo. La mamografía no suele ser necesaria para el diagnóstico.
La secreción de un producto diferente a la leche puede estar relacionada con alguna patología. La mayoría de las descargas por el pezón aisladas se deben a patología benigna de la mama. La secreción levemente coloreada o transparente es típicamente debida a un papiloma.
Se estima que solo un 5% de los casos de secreción por el pezón está asociado a cáncer. En estos casos, suele ser sanguinolenta, unilateral, se asocia una a masa palpable y tiene lugar en mujeres de edad superior a los 40 años. Por tanto, ante cualquiera de estas características es necesario descartar un cáncer de mama.
Además de las características de la secreción, la edad es un factor útil para predecir la presencia de un tumor. Así, el riesgo de tumor maligno tras una secreción mamaria es del 3% en mujeres con edad inferior a 40 años, del 10% entre 40 y 60 años y del 32% por encima de esta edad.
En los casos de sospecha, habrá que completar el estudio, además de con una historia clínica y exploración física completas, con pruebas del tipo citología del líquido (ver las células al microscopio), mamografía, ecografía, galactografía o RNM de la mama.
CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES BENIGNAS
Las enfermedades benignas de la mama se pueden clasificar en: no proliferativas o proliferativas, atendiendo a la presencia o no de un aumento en el número habitual de células.
Las lesiones proliferativas tienen especial importancia pues algunas de ellas tienen potencial maligno, es decir, pueden ser precursoras de un cáncer.
- Alteraciones no proliferativas
- Alteraciones proliferativas.
- Hiperplasia epitelial ductal
- Hiperplasia ductal atípica
- Carcinoma ductal in situ
- Neoplasia lobulillar in situ
Alteraciones no proliferativas
Las más habituales son los quistes y fibroadenomas. Se denomina mastopatía fibroquística a la presencia de múltiples quistes y zonas de incremento del estroma en tejido mamario. Es una variante de la normalidad que aparece en el 60% de las mujeres en edad fértil.
Otras lesiones no proliferativas son los adenomas, ectasia ductal, necrosis grasa, galactocele o hamartomas.
En general, salvo que exista historia familiar de cáncer de mama, este tipo de lesiones no suponen un incremento significativo del riesgo de cáncer de mama.
El tratamiento de este tipo de lesiones es variable. El dolor mamario se puede tratar con analgésicos. La cirugía de los quistes y fibroadenomas sólo está indicada en caso de complicación o síntomas asociados.
Alteraciones proliferativas
Las lesiones proliferativas se caracterizan por un aumento en el número habitual de células. Este tipo de lesiones suponen un aumento del riesgo de cáncer de mama, especialmente en las lesiones que cursan con atipia (cambios en las células) que pueden incrementar el riesgo en un 4,3-5,3%.
El cáncer de mama puede ser el último paso en un proceso progresivo de malignización de células de los ductos y lobulillos de la mama, que van acumulando múltiples alteraciones moleculares.
Así, una hiperplasia epitelial ductal puede progresar a una hiperplasia ductal atípica, después a carcinoma in situ y, finalmente, a carcinoma ductal infiltrante, que es el tipo histológico más común del cáncer de mama.
TRATAMIENTO DE LAS LESIONES PROLIFERATIVAS
En el caso de las lesiones proliferativas, especialmente las que cursan con atipia debe ser quirúrgico.
HIPERPLASIA EPITELIAL DUCTAL
La hiperplasia epitelial ductal es una lesión proliferativa benigna constituida por una mezcla de células normales. En su mayor parte no expresan receptores de estrógeno.
No suele dar manifestaciones mamográficas a excepción de los casos infrecuentes que se presentan con microcalcificaciones. No es una lesión precursora obligada de carcinoma.
HIPERPLASIA DUCTAL ATÍPICA
La hiperplasia ductal atípica es una lesión proliferativa en la que existe un aumento en el número de células y además, las células muestran alteraciones morfológicas parecidas a las que se ven en un carcinoma. Se diferencia del carcinoma intraductal en que su tamaño es inferior a 2mm.
Su tratamiento debe ser quirúrgico en tanto que su evolución natural es generar un carcinoma ductal in situ.
CARCINOMA LOBULILLAR "IN SITU"
La proliferación celular corresponde a células del lobulillo mamario sin infiltración fuera del mismo. Es más frecuente en mujeres de 40 a 50 años. En ocasiones puede ser multifocal (50%) y bilateral.
A día de hoy es un indicador de aumento de riesgo de cáncer de mama más que una lesión premaligna. Implica un aumento del riesgo de un 1-2% anual y del 30-40% a lo largo de la vida. La cirugía no está indicada de forma sistemática y se reserva para casos concretos.
CARCINOMA DUCTAL IN SITU
El carcinoma ductal in situ es una enfermedad maligna preinvasora, es decir, aún no ha infiltrado la pared del ducto o conducto galactórforo.
El tratamiento debe ser quirúrgico, alcanzándose en la cirugía un margen libre de enfermedad de al menos 2 mm. Este margen es exigente pues el carcinoma ductal in situ es a menudo multifocal. Si la cirugía es conservadora, estará indicada la radioterapia.
La terapia endocrina tras la cirugía y radioterapia de un carcinoma ductal in situ se denomina quimioprevención, pues consiste en dar medicamentos antiestrógenos con la intención de disminuir la probabilidad de un nuevo carcinoma ductal in situ o de un carcinoma infiltrante, en ambas mamas.
Puedes ampliar la información en el apartado quimioprevención.