Clasificación del linfoma de Hodgkin

El linfoma de Hodgkin puede clasificarse en 2 subtipos principales según la OMS (Organización Mundial de la Salud), que pueden evolucionar y también tratarse de forma ligeramente distinta:

Linfoma de Hodgkin clásico

Supone en torno al 95% de todos los diagnósticos de linfoma de Hodgkin. Atendiendo a criterios morfológicos (la forma que muestran las células que componen la neoplasia cuando son observadas al microscopio) pueden distinguirse, de mayor a menor frecuencia:

  1. Linfoma de Hodgkin tipo esclerosis nodular: Supone en torno al 55% de los casos de LH clásico, detectándose de forma más común en adolescentes y adultos jóvenes. 
  2. Linfoma de Hodgkin tipo celularidad mixta: Supone en torno al 15% de todos los casos diagnosticados.
  3. Linfoma de Hodgkin rico en linfocitos: Constituye aproximadamente el 15% de los casos de LH diagnosticados y suele aparecer en pacientes de edad avanzada.
  4. Linfoma de Hodgkin con depleción (ausencia) de linfocitos: Generalmente tiene el peor pronóstico dentro de todos los subtipos ya que suele detectarse en etapas avanzadas. Es diagnosticado fundamentalmente en pacientes con VIH, aunque supone tan solo el 1% de todos los casos de LH clásico.

Linfoma de Hodgkin con predominio linfocítico nodular

Supone aproximadamente el 5% de todos los casos de linfoma de Hodgkin, presentando características moleculares (presencia de determinadas proteínas en los análisis de laboratorio) diferentes al subtipo clásico que pueden ser detectadas en determinados análisis de laboratorio utilizando técnicas específicas (ver sección diagnóstico del linfoma de Hodgkin). 

Su pronóstico es en general favorable ya que, en la mayoría de los casos, la neoplasia se diagnostica de forma localizada en una región específica. Sin embargo, también existe el riesgo de transformación a un linfoma no Hodgkin agresivo. Su tratamiento puede ser diferente al que se emplea para los tipos clásicos (ver sección de tratamientos del linfoma de Hodgkin). 
 

Este contenido ha sido revisado por la Dra. Almudena Cabero:

  • Médico adjunta, servicio de Hematología y Hemoterapia
  • Hospital Universitario de Salamanca, IBSAL, CIBERONC